Ahora, desfase energético
La energía se ha sumido en la tormenta perfecta. A solo cuatro días de que venza el nuevo plazo autoimpuesto por el Gobierno para sacar adelante el renovado gravamen energético y bancario, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, admite ya la posibilidad de que el impuesto no salga adelante para poder prorrogarlo y establecerlo como una figura permanente. A las suspicacias mostradas por dos de sus socios parlamentarios, Junts y PNV, sobre la vigencia de este tributo, se ha unido la presión de las propias compañías afectadas. Parte de las energéticas y la banca ha estimado un impacto conjunto de 66.000 millones de euros entre los dos sectores. Con esos mimbres, Montero insistió en la «vocación» del Gobierno para llevar adelante esta medida, pero al mismo tiempo ha reconocido que si no tienen el apoyo «suficiente» en el Congreso, no se podrá llevar adelante. Pero también alzan la voz autonomías como Castilla y León ante el nuevo intento de animar la España de dos velocidades con privilegios de nuevo para los de siempre...