La excelencia
Alguien, a estas alturas de la historia, sabe cuál es el mejor país del mundo? ¿Y el mejor hotel? ¿Y el mejor restaurante? Yo me conformaría con irme de este planeta sabiendo que alguna vez comí uno de los mejores melones del mundo o uno de los mejores pescados del mundo. Los melones y las sandías ya no son lo que eran. La excelencia en la fruta nos está dando un plantón monumental. El otro día decidí cambiar mi colchón y me encontré ante una variedad de marcas, principios teóricos, materiales y técnicas que daba vértigo. ¿Sabe usted cuál es el mejor colchón del mundo? Y si no depende del dinero. La gente cree que la excelencia depende del dinero. Me temo que no es así. Puede que dependa del amor con el que la gente hace las cosas. ¿Y el mejor chocolate del mundo? ¿Y la mejor tortilla de patata del mundo? Todo ser humano debería, alguna vez en su vida, haber probado la excelencia, en lo que sea.
Se me ocurre, por ejemplo: el mejor huevo frito del mundo, fresco, recién puesto por una gallina majestuosa, con puntillas doradas, iluminado el mundo, en una sartén perfecta. Yo creo que para comerte el mejor huevo frito del mundo no hace falta ser Elon Musk o Jeff Bezos ni el presidente de Estados Unidos o el rey de Inglaterra. Hay muchas cosas en la vida que dependen de nosotros. ¿Y el mejor político del mundo, existe? ¿Y el mejor futbolista del mundo? Yo creo que sí he probado el mejor arroz con bogavante del mundo. No diré dónde lo hacen, ese secreto me lo llevaré a la tumba. La excelencia, una vez conquistada, uno se la calla. ¿Existe el mejor marido del mundo? ¿La mejor esposa del mundo? ¿La mejor película del mundo, cuál es? ¿’Casablanca’? ¿’Lo que el viento se llevó’? ¿’El padrino’? ¿’La dolce vita’? Nunca nos pondríamos de acuerdo. Ni siquiera sabemos cuál es el mejor frigorífico del mundo o la mejor lavadora o el mejor lavavajillas. Hay foros de internet en donde se discute de todo esto. ¿Y la mejor playa del mundo? ¿Y el mejor libro del mundo? ¿Cuál es, la Biblia o ‘Don Quijote’? Y si no existiera la mejor paella del mundo. Mira que llevo años buscando la mejor paella del mundo y todavía no la he encontrado. Imagino que un estadounidense andará a la caza de la mejor hamburguesa del mundo; un italiano, a la búsqueda de los mejores espaguetis del mundo; un francés a la búsqueda del mejor foie gras del mundo. Mi vida a día de hoy es bien simple: un ser humano a la búsqueda de la mejor tortilla de patata del mundo; es barato, es épico, es bonito.