Así sois si así os...

Quién no dirá que sólo fue un legítimo arrebato llamar asesinos al rey y presidentes de lo nacional o regional por un mal que del cielo vino a caer en orejas de burro, burro en celo, celo pollino de político en jarras, o mudo, o rampate izando el nabo y tirando a joder?... ¿quién, desde los que tienen el mango del sartenazo a los que edificaron en zonas aluviales, tendrá la mínima vergüenza de reconocer «algo de culpa tuve yo»?... ¿quién puede desde su fe ciega decir que esta catástrofe es un plan de Dios que viene por nuestro bien y salvación?... ¿y a quién se le puede exigir sentido de la justicia y la mesura cuando lo injusto y la desmesura han dictado su tragedia personal e irreparable en toda esa devastación que vemos cada día en medio oriente español?... ¿a quién se le puede pedir serenidad cuando el barro que apresa sus piernas ya se le está secando haciéndose adobe que le impedirá andar, nadar o flotar cuando el próximo anegamiento le inunde toda esperanza?... ¿quién necesita creerse los extremados y ridículos bulos que durante todos estos días camparon sin líneas y sin ley que les parta el morro (y lo que te rondaré, morena)?... ¿quién puede creerse que « cuanto peor, mejor » y por qué incendian los ánimos y las redes con fuego a discreción justo cuando más serenidad se exige para evitar caos, más ruina y guerritas de culpas?... ¿quién le dice a su telereportero superpijo ¡enfángate antes del «riguroso directo»!, el espectáculo manda, hay que cagarse en la verdad para que mi verdad salga también embarrada, igual que la media verdad me sale tan fotogénica, la muy guarra, y qué puta, cuánta audiencia me da y cuánta pasta me trae a casa?... ¿quién se priva de convertir la muerte ajena en huerto propio donde cultivar el odio contagioso y la política infectada?... ¿y a quién de los de arriba o del dinero no le mueve una caridad farisea y de postura también tan fotogénica?... Así sois si así os mirárais a solas porque... así de raritos somos y en las tragedias nos encontraremos ... ¡dan tanto para hablar, rabiar y llorar!, esas nuestras tres grandes pasiones españolas.