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¿Qué va a ser de Paca?

"Sería una ironía macabra que Paca acabara en el Albergue Municipal de Animales. Ojalá la adopten antes"

Paca, la mascota de Salvador Armesto en una zona verde de León.DL

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Muchas personas se han hecho esta pregunta al conocer la muerte de Salvador Armesto. Yo también. Es inevitable pensar en el destino de su mascota, la perra Paca, por la que tanto peleó. De momento, Paca está acogida por la familia que le ayudó cuando intentó reengancharse a la vida laboral con un contrato en la Vidriera y empezó a pasar las noches en Calor y Café. En los albergues para personas sin hogar no hay sitio para las mascotas. Cuando arrecia el frío, ni siquiera hay camas suficientes para dar cobijo a la gente.

La sensibilidad por los animales es una muestra del respeto de la humanidad por las otras especies. Un respeto necesario que se extiende a todos los seres vivos en la encrucijada de una civilización que tiene que optar por la supervivencia o la desaparición del planeta, sabiendo que no lo conseguirá sola. Pero hay algo que chirría en esta sociedad hipócrita que se pasea ufana con un perro abrigado sin inmutarse ante la miseria humana que, desgraciadamente, muchas veces es inevitable.

Las razones del sinhogarismo son complejas. En la sociedad del éxito tendemos a culpar a las personas de la situación ‘en la que han caído’. Nos permitimos juzgar sus conductas con más severidad que a cualquier ciudadano corriente. Y permitimos que políticos como Mazón nos abochornen con su incapacidad, no ya para liderar una emergencia, sino para explicar con una verdad la ausencia durante cinco horas de la escena pública, con una alerta roja a sus espaldas desde primera hora de la mañana.

¿Qué va a ser de Paca? Se lo pregunta también Salvador Armesto. Su último mensaje antes de morir fue para la mascota que fue su compañía, su amiga y su amor durante los últimos ocho años. Prácticamente los mismos que estuvo en la calle. Porque vivir de okupa en una vivienda abandonada es estar en la calle y a expensas de la intolerancia social que encendió fuegos reales. Perra y dueño pudieron morir en tres ocasiones en los incendios provocados, nunca esclarecidos. El odio tiene muchos cómplices.

¿Qué va a ser de Paca? Sería una ironía macabra que, menos de un año después de rescatarla del Albergue Municipal de Animales, Paca volviera a pasar a manos de la Protectora. Que será lo que ocurra si nadie se presta a adoptarla antes. Lo último que querría Salvador es que Paca volviera a cruzar esa puerta para quedar en manos de las mismas personas que le negaron verla y le denunciaron, junto a otras personas, incluida yo, nada más que consiguió sacarla de unas instalaciones que pertenecen a la ciudad de León. El Ayuntamiento de León es el responsable del destino de Paca. Como suya es la responsabilidad de que la Protectora de Animales y Plantas de León cumpla con los deberes que establece el contrato de adjudicación del servicio.

Paca ha tenido una crianza magnífica gracias a que estaba todo el día con su dueño. No lo digo yo. Lo dice el adiestrador que la examinó cuando se la devolvieron.