De mayor, árbol

Quien quiera pasar miedo antiguo o de cuento tremendo vaya de noche a un bosque prieto con algunos árboles centenarios. Pon que roblones de Vegabaño o pon castaños en castañal junto al río Selmo. Entra ahí. Cada mínimo crujir de rama reumática o de hojarasca movida se convierte en aviso de bruja. Y ahora que los del National Geographic se interesan por monumento natural del alabado hayedo de Ciñera, me entero que esconde también la leyenda de una bruja fechorías que un día se apiadó de la gente y les dio unas piedras negras para su fuego, como abriéndoles pista a un tesoro bajo sus pies que hizo minera a esta montaña hace un siglo. Una bruja. Si a un gran bosque ya inponente como este Faedo le añades una leyenda con bruja piruja, se vende solo, mola.

Pero más miedo que las hayas en su hayedo, con brujas o sin ellas, dan los castaños en sus bosquetes. Sus corpachones y las muecas de sus brazos los convierten en gigantes neuróticos cuando cae lo oscuro. Los nudos, las podas y los siglos han hecho que los troncos de muchos castaños viejos sean bastante locuaces y expresivos; algunos se hacen incluso garita para dos si son vieja tronca hueca. Y a mí me aseguró uno de Veiguiliña, junto al Burbia, que un castaño, si quiere, puede andar, que lo vio él una noche de lluvia, tres metros llegó a caminar el árbol desde el pico de la reguera de su huerto al arcén de la carretera, ¡tres metros!... Y no le digas que es asunto frecuente en zonas de talud o humedal y que se llama argayo, porque él dice que le vio doblar las patas-raíz haciendo el esfuerzo y nidiós le apea de esa burra. Bueno, tratándose de un castaño, estoy dispuesto a creerlo; bien pudo el árbol ayudar aburrido de un sólo punto de vista y buscando otro algo más abajo. Los árboles viejos saben, no dejan de pensar, no tienen otra cosa que hacer y llegan a sus conclusiones tras llevar tantos siglos sorteando fuegos, hachas o sus riadas con otros Mazón al culo. (Y mi rueca: ¿Qué árbol elegirías para ser de mayor?: Nogal, ciprés, cerezo, abedul, palmera, álamo, abeto, chopo negral, sauce...).