Nubes y claros
Una nueva vía
Efectivamente, los ciudadanos no somos tontos. En eso tienen razón los políticos de todo nivel administrativo del PP y el PSOE, que abrazan la causa social y argumentan (casi) siempre a favor de corriente para esconder vergüenzas y medias verdades bajo la máxima de que el votante sabe de qué va cada uno. Muy cierto. Así que el jueguecito de trenes que se trajinan ambos desde hace ya demasiado tiempo está tan de más como de menos se echan las acciones, que son los verdaderos amores.
Hace ya 14 años que el tren de Feve no llega a la estación de Matallana. Más de una década de servicio sin sentido, jalonada de propuestas más o menos ocurrentes, que se ha llevado una inversión de más de 20 M¤ para, de momento, ahogarse justo en la orilla. La solución a los dos últimos kilómetros de recorrido no es fácil, se argumenta. La cuestión es si dejándola dormir otros diez años se resolverán los problemas de normativa y adjudicaciones, porque el resto irá cayendo: cada vez habrá menos habitantes en los pueblos del Torío, y contarán menos con una infraestructura históricamente esencial en sus comunicaciones.
Populares y socialistas tienen poco de qué sacar pecho en esta encerrona. Ni gobiernos ni parlamentarios de uno y otro partido han tomado el toro por los cuernos, así que bien pueden ambos responsabilizar al contrario de la paralización del proyecto sin equivocarse ninguno.
Mañana está convocada una manifestación que medirá un apoyo social a la causa que es mayoritario, y sobre todo la voluntad de movilizarse para desbloquear el absurdo. La organiza un movimiento que se define como ciudadano y apolítico, los vecinos de los trece ayuntamientos cosidos por la cremallera del tren. No quieren banderas ni eslóganes, ni más reproches que la falta de un servicio público en condiciones.
Los políticos, si van, tendrán que hacerlo a título personal. Pueden subirse a la ola social y arriesgarse a que les saquen los colores, aunque los organizadores han pedido prudencia. Muy razonable, no hay que desviar el foco de lo que realmente importa. El tren y su llegada a la estación de Padre Isla. Abrir una nueva vía que, esta vez sí, tenga futuro.