Diario de León
Publicado por
JOAQUÍN TOMÁS FORTUNATI CENDRERO
León

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Multinacionales. Desde los años 70 y 80, las empresas mundiales, se han dedicado a reducir gastos de manera drástica y no han tenido reparo en desplazarse hacia otros países donde la mano de obra les resulta mucho más barata, me refiero a países asiáticos, sudamericanos o africanos, donde los salarios están por los suelos. Si nos fijamos en la confección, por ejemplo, vemos que las empresas se han especializado en cada una de las tareas especialmente que sufre la prenda y que cada tarea se puede realizar en un lugar diferente del mundo, así una misma prenda puede viajar miles de kilómetros antes de que llegue a su lugar de destino para la venta. Los distintos procesos que sigue se han dispersado por todo el mundo y hay empresas especializadas para cortar, teñir, coser, poner las etiquetas, empaquetar… Cada empresa de estas está a miles de kilómetros de otra por lo cual es fácil que una prenda que estrenemos, haya dado la vuelta al mundo antes de que llegue a nosotros. Muchas veces estos países en vías de desarrollo, para facilitar la instalación de estas empresas les facilitan unas zonas francas, donde los impuestos prácticamente son ridículos y se le dan todas las facilidades posibles para que se instalen allí. La mano de obra está tirada y normalmente se aprovecha a las mujeres e incluso a los niños para explotarlos con unos horarios sangrantes y unos salarios ridículos. Utilizan grandes naves donde se mezclan amontonados máquinas y personas para aprovechar al máximo el espacio e incluso los trabajadores duermen dentro del local en unas condiciones infrahumanas. Todos estos problemas lo saben los gobiernos de estos países, pero hacen la vista gorda con tal de que se instalen en su territorio. Otra modalidad escogida por estas empresas es el trabajo en casa. Mandan grandes cantidades de ropa para su elaboración a casas particulares y allí se desarrolla el trabajo por toda la familia, desde los abuelos a los niños, todo el mundo trabajando a destajo para sacar cuantas más prendas mejor. Con esta modalidad, la empresa se ahorra el local, los seguros sociales y demás gastos y solo tiene que ir dos veces al domicilio, una a entregar la mercancía para fabricar y otra para recogerla ya confeccionada. El negocio le sale redondo por todos lados y el gasto mínimo. En nuestro país el mercado chino se ha cargado toda la industria textil en unos pocos años. Una gran parte de los trabajadores que han engrosado el paro proceden de esta industria. Y uno se pregunta, ¿Qué han hecho los sindicatos en este país en defensa del trabajador, si prácticamente a lo único que se han dedicado es a hacer la vida imposible al empresario y cerrar empresas? De los señores políticos no hablemos, porque la mayor parte de ellos nunca te dicen una mala palabra pero tampoco hacen una buena acción. Por lo tanto, el negocio textil en nuestro país sigue el famoso refrán español de: "Entre todos lo mataron y él solito se murió". Joaquín Tomás Fortunati Cendrero

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