Diario de León
Publicado por
Eliseo Fernández
León

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Mucho es lo que se ha escrito estos días sobre los problemas de recepción TDT en algunas zonas rurales de la provincia de León y mucho es lo que se esta manipulando al vecindario. La pasada semana, se reunieron los responsables de la Junta y Ministerio con alcaldes de esas zonas para venderles la moto satelital. Calculan que tendrán que subvencionar unos 4.000 receptores de satélite en esas zonas, uno por cada vivienda con habitantes censados. Admitiendo que esa cifra sea cierta y teniendo en cuenta que en esos pueblos siete de cada diez viviendas son de segunda residencia, se estaría hablando de sembrar las zonas rurales de la montaña con unas 13.500 antenas parabólicas. Se están manejando los datos a conveniencia y confundiendo al personal, dando cifras de viviendas de empadronados y no de viviendas afectadas o de número de televisores y otros aparatos, como grabadores y ordenadores, que se quedarán sin señal TDT. Se habla solo de dar una solución para ver la televisión digital en un aparato por casa y no se informa de las limitaciones técnicas de la recepción por parabólica. Hay que destacar que lo que proponen es televisión digital por satélite, pero no Televisión Digital Terrestre. Con la solución de parabólicas, aparte de estar tirando el dinero, porque tarde o temprano habrá que dotar a estos pueblos de transmisores TDT, están privando a los ciudadanos de una nueva tecnología que va más allá del simple hecho de ver un programa en la pantalla. Los nuevos televisores ya incorporan sintonizador digital interno, con modernas funciones de recepción de imágenes y datos, funciones que no se podrán utilizar si no hay señal TDT. Los equipos audiovisuales disponibles en el mercado con múltiples posibilidades de programación y grabación de programas sobre disco duro u otros nuevos formatos de grabación, serían inútiles en estas zonas al estar diseñados para recepción TDT. No se podría, por ejemplo, grabar un programa y, a la vez, ver otro. La futura recepción de TDT en terminales móviles que ya funciona en muchas zonas de Europa, no sería posible. Muchos de los nuevos ordenadores vienen ya equipados con tarjetas receptoras TDT y con programas instalados para grabar y procesar imágenes. Toda esa tecnología sería inútil si no se dispone de esa señal. Quienes dispongan de más de un televisor o tengan un negocio de turismo y necesiten distribuir la señal a varios puntos, tendrían que comprar un receptor, de satélite por cada aparato. Los ciudadanos de esas zonas dependerán siempre de receptores de satélite con tarjeta decodificadora, no de un receptor libre en el mercado. ¿A quien recurrirán cuando el receptor deje de funcionar y en cuanto tiempo se lo solucionarán? La señal digital no la suben a satélite para favorecer a los ciudadanos de esos pueblos sino para otras aplicaciones técnicas que utilizan los operadores. Lo que pasa es que cuando el problema se les ha echado encima, por falta de previsión, han visto una solución para calmar al vecindario y, dicho sea de paso, un negocio para los fabricantes de esos miles de receptores de satélite adaptados no libres para recibir la señal y castigan a unos ciudadanos a depender de ese tipo de recepción por el delito de habitar en zonas rurales a la "sombra" de centros transmisores principales. La subvención de un receptor se concede solo a los empadronados, pero la mayoría de las viviendas de los pueblos pertenecen a no residentes, los cuales tendrían que costearse íntegramente la nueva instalación y la cesión del receptor. Tampoco esto favorece mucho al mundo rural, porque los propietarios de esas viviendas tributan y contribuyen a mover la economía, a la vez que mantienen en pie las viviendas de sus antepasados. Un ciudadano que tenga una segunda vivienda en cualquier parte del país no tendrá que pagar nada para recibir TDT o, como mucho, alguna reforma en su instalación de antena si es muy antigua. Un ciudadano que tenga una segunda vivienda en esas zonas de la montaña de León, tendrá que pagar la instalación de un sistema de recepción de satélite. Unos 500 euros para ver solo un televisor en la vivienda. En muchos de esos pueblos existen repetidores con los que los ciudadanos veían, hasta ahora, la TV. Un día, la administración decide cortarles la señal analógica y no se la sustituye por digital, porque total en esos pueblos viven cuatro. Toda la infraestructura de esos repetidores líneas eléctricas, casetas, torres, etc. quedará inservible, para el desguace. No es admisible que no se digitalicen los equipos de esos repetidores para recibir la TDT como se está haciendo en todas partes y se diga que es inviable técnica y económicamente llevar a esas zonas otro tipo de solución que no sea la parabólica, lo cual no es cierto si se hubiera hecho una planificación seria de la cobertura como se hizo en otras comunidades en las que no se ha dejado a ninguna vivienda sin TDT. Cabría también preguntarse como se han utilizado en Castilla y León los recursos que, dentro del Plan Avanza, el gobierno destinó a impulsar el desarrollo de las nuevas tecnologías y la implantación de la TDT a TODA la ciudadanía. Parece ser que, cuando se trata del mundo rural, se mira mucho la rentabilidad de la cosa pública.

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