Una decisión coherente y un ejemplo a seguir

Los presidentes de Caja Ávila y Caja Segovia han tomado la decisión más acertada posible: aliarse con la gran caja de su entorno socioeconómico. Por mucho que el caudillo de Castilla, don Juan Vicente se cabree como una mona y los insulte, el socio natural para Ávila y Segovia es Madrid. Castilla y León no deja de ser un ente amorfo constreñido por unas fronteras arbitrarias que no encierran en su interior ni una identidad como pueblo, ni un entorno social o económico cohesionado. Si hubiera que definir a esta comunidad autónoma habría que descartar conceptos como el de pueblo, región, cultura, entorno, sociedad... porque nada de eso es. Lo máximo que podemos llegar a decir es, recurriendo a lenguaje del anterior régimen, que Castilla y León es una unidad de mamoneo en lo Universal, una abstracción política creada a medida de los estómagos de los políticos y de de la casta funcionarial, ubicada en su mayor parte, en una ciudad a orillas del Pisuerga. Por eso la decisión de Caja Ávila y Caja Segovia es la mas coherente y razonable posible, la que va a beneficiar a abulenses y segovianos y la única que tiene sentido con una visión global de España alejada de los caciquismos locales de los que precisamente acusan a los citados presidentes. También es un ejemplo a Seguir. León debería haber apostado por alianzas en el noroeste. Asturias, Galicia, Cantabria son su ámbito económico natural. Aliarse con otras provincias de la artificial circunscripción administrativa donde nos han encuadrado es un error que ya estamos pagando. Al fin y al cabo la meseta de Castilla la Vieja no ha sido para León sino el sitio de paso para ir a Madrid, la capital de nuestro país.