Un Tranvía llamado Deseo

Vivir en estos tiempos no es tarea fácil, en la mayoría de los casos vivimos sobre el alambre, en una inestabilidad económica y laboral que muy pocos mortales recordarán. Confiados a la suerte de unos políticos incapaces de encontrar el Norte, si es que algún día lo ubicaron y es que nos están apretando el cinturón de un modo extremo y lo que es peor sin garantía de que el resultado sea el conveniente. Ante esta tesitura, los ciudadanos de a pié tenemos como mínimo el derecho al pataleo, mas que un derecho es casi una obligación exigir al menos coherencia y algo de cordura para encontrar el equilibrio entre lo que recaudan y como se redistribuye. Si de mi dependiese, metería en el ayuntamiento a todos los cargos electos y no les dejaría salir hasta que no se pusiesen de acuerdo, no puede ser que nunca estén de acuerdo en nada, no puede ser que la política se haya convertido en la ley del mas fuerte, y si siempre se ha de hacer lo que ordena el que manda, ¿porque estamos pagando el sueldo al resto de cargos? ¿por su rebeldía? ¿por su resignación?, o lo que es peor por su silencio. ¿Y si por sorteo y a modo de elección de los miembros de las mesas electorales, no dejamos que un puñado de ciudadanos marquen las prioridades y decidan? Pero claro, no es lo mismo administrar tu propio dinero que el de los demás, digamos que no te duele del mismo modo sustituir una bombilla en tu propia casa que hacerlo en el rellano comunitario de tu escalera, sin ir mas lejos. Del mismo modo que siempre es infinitamente mas fácil educar a los hijos del vecino, que los tuyos propios. Y que conste que no quería coger el tranvía y que incluso en otras circunstancias económico-laborales lo vería incluso con buenos ojos, y que además me creo a pies juntillas que la obra saldrá a coste cero para León, pero ya puestos en la necesidad de gastar por gastar, ¿por qué no mejor un metro, con tres líneas, una Hospitales-Armunia, otra Eras de Renueva-Puente Castro y para finiquitar el proyecto una circular para las pertinentes correspondencias, o mejor, ¿no saldría mas económico y además haría mas ilusión a los "escasos" futuros usuarios asiduos del tranvía, que el ayuntamiento les regalase un scotter? Además el tranvía no será automático y necesitará conductores, ¿eso también será a coste cero? ¿O lo pagarán con el 5 que le quitan al resto de funcionarios? Y tendrá averías, y un mantenimiento, ¿quién lo hará? ¿los mismos que se encargan de mantener el futurista sistema de recogida de basura implantado en La Lastra? O tal vez serán los que llevan durante un puñado de décadas soterrando el paso a nivel del Crucero? Y ahora nos quieren hacer sendos paseos en las orillas del Torío y del Bernesga hasta su confluencia, proyecto extraordinario, pero solo si se va a cuidar como se debe, ¿quién lo mantendrá? ¿Los mismos que hoy por hoy tienen tan bien cuidadas las verdes e infinitas zonas verdes de La lastra? Si es así, mejor me quedo con el virgencita virgencita. Esto es como si se presenta un infartado en urgencias y le hacen una liposucción y además le colocan una ortodoncia. ¿Te has percatado de la cantidad de ciclistas que utilizan el carril bici en Fernández Ladreda? y eso que es verano. ¿compensa? León no es Amsterdan ¿o es que ahora allí les obligan a comer cecina botillo y mantecadas? Y que conste que estoy de acuerdo en que había que sacar el tráfico infinito de esa avenida, pero ¿no habría sido mas solidario con los vecinos de ese barrio el haber aprovechado el espacio de ese carril bici y el de la anchísima mediana para aparcar los coches? y solo me baso en pura lógica matemática de ciudadanos beneficiados , creo que compensaría. Lo que no consigo comprender es como un político puede vivir sabiendo que llevará adelante un proyecto tan impopular y ya no solo por el hecho de que con ello le pondrá el sillón en bandeja a la oposición. ¿De verdad le compensará pasar de esta forma a la historia? Ese empecinamiento en ir contra viento y marea, esa misteriosa fuerza que hace al político navegar contra corriente, eso que los ciudadanos de a pié no atisbamos... no se, digo yo, que tal vez sea apropiado el refrán de: "tu dame pan y llámame perro" Lo mas triste sería si el pan llegase sobre las vías y además viene con un solomillo encima. Señores políticos, hágannos la vida mas fácil, dejen de poner trabas al día a día de sus convecinos, arreglen lo que ya tenemos, que no es poco y cuando lleguen las vacas gordas para todos, ya habrá tiempo para volver al despilfarro. ¿Sabeis? Yo también un día hace años tuve un deseo, decidí hacer algo faraónico, espectacular, grandioso y como el tranvía también fue con coste cero, pero fue oirle llorar y desde entonces... un no parar de rascar el bolsillo. Tal vez sea que los políticos hagan lo mismo que yo y sean ellos mismos los que corran con todos los gastos de su criatura en ciernes. Y si tiene que ser... que así sea.