PRIVILEGIOS

PRIVILEGIOS La sociedad ha rechazado los métodos y formas con las que los controladores aéreos han realizado sus movilizaciones-proestas. Han sido los protagonistas de la paralización del espacio aéreo. Su actitud ha sido la gota que ha colmado la paciencia del Ejecutivo. El Gobierno ha valorado la situación de manera urgente y ha tomado unas medidas escepcionales. Militarizar la gestión de control aérea decretando a su vez, el estado de alarma. Más allá de la gravedad de la situación y la futura depuración de responsabilidades hay un dato para tener en cuenta en este conflicto. Se ha acusado a los controladores de un colectivo privilegiado. Un colectivo cuya remuneración es un tanto excesiva, aunque hay que reconocer que desarrollan un trabajo de gran responsabilidad y con un buen grado de profesionalidad. En sus manos está la vida de muchos miles de personas. Nadie pone en cuestión que sus salarios son elevados, pero existe parte de un colectivo cuyos privilegios exceden la racionalidad. Son los políticos. Esos políticos que legislan y se asignan unos sueldo escandalosos. Aprueban leyes en beneficio propio. Han demostrado en esta crisis que no se ruborizan distribuyendo recursos. Reparten el dinero de los ciudadanos para cuestiones partidstas que no contribuyen al beneficio de la sociedad. Hemos asistido impotentes como se repartían cuantiosas cantidades millonarias a sindicatos de dudosa representatividad. También al país vecino, Marruecos, después de su arrogancia frente a nuestro país, se les ha repartido cantidades importantes. Después de todo lo descrito me atrevo ha recomendar, a nuestro gobierno, que las medidas que se tomen hacia los controladores sean justas y no se extra limiten para tapar la deteriorada imagen de unos goberantes que han actuado sin el más mínimo escrúpulo.