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Publicado por
Pedro Gómez Turiel
León

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La toma de decisiones políticas, como se sabe, suele encerrar motivaciones dispares. En ocasiones, incluso los avances, bien sean sociales, económicos o culturales, no siempre surgen impulsados por la propia necesidad, lógica, de progresar hacia una realidad más justa. En el ámbito cultural, también es bien sabido que no en todas partes se goza de la misma sensibilidad hacia sus más diversas parcelas. Ha quedado esto muy claro, tras la reciente promulgación de la nueva ley comarcal de El Bierzo, pues, si bien es de agradecer que ésta recoja y apoye parte de la realidad lingüística de la comarca cuando dice en el artículo 1.4: "En la Comarca de El Bierzo gozará de respeto y protección la lengua gallega en los lugares en los que habitualmente se utilice. La Comunidad de Castilla y León facilitará la participación de la Comarca de El Bierzo en las actuaciones que realice para la promoción de la lengua gallega en su ámbito territorial" Lo cual, aunque parezca obvio para cualquier berciano, parecía no serlo tanto desde el punto de vista legislativo, pues en la ley anterior ley 1/1991, de 14 de marzo ni tan siquiera se mencionaba la realidad lingüística que supone la presencia de la lengua gallega en la comarca. Este giro no puede ser sino positivo. Pero la satisfacción de los que defendemos las lenguas minoritarias de esta comunidad no puede ser completa, puesto que, entendemos, persiste un vacío en relación a la no presencia del leonés en dicha ley. El asturleonés es la lengua vernácula de una parte importante de la comarca, como lo demuestran los estudios filológicos en ella realizados, así que este hecho, consideramos que es graves, así como claramente discriminatorio, fundamentalmente debido a dos circunstancias. En primer lugar, hay que tener presente el precedente que supone la protección del leonés contemplada en el artículo 5 del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, donde se habla de su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad. Por otra parte, no se debe olvidar tampoco que los sectores nororiental y meridional de la actual comarca de El Bierzo son algunos de los territorios donde con más vitalidad se mantiene el asturleonés, dentro de su pobre estado general de conservación. Todo ello, lo que demuestra, a mi parecer, es que no hay una sensibilidad real hacia la conservación de estas lenguas minoritarias, ni con respecto al leonés, que se obvia en la ley, ni siquiera en relación al gallego, que se ha incluido principalmente debido a presiones políticas, detrás de las cuales probablemente hay más carga identitaria que sensibilidad hacia el patrimonio cultural de la comarca berciana, pues quien busca realmente la protección del gallego como lengua autóctona de El Bierzo no puede desear nada diferente para el leonés, y viceversa.