Crónica de una muerte anunciada: el aeropuerto de León

Soy una leonesa que trabaja en Barcelona desde hace años. Hasta ahora había tenido la inmensa suerte de poder viajar a León muy cómodamente, eligiendo entre dos horarios, ambos muy razonables, por día: ida a León a mediodía o por la noche, vuelta a Barcelona por la mañana o a mediodía. Cuál fue mi (desagradabilísima) sorpresa cuando, al buscar esta mañana un billete de avión para ir a León en Semana Santa, vi que desde marzo sólo nos han dejado un vuelo Barcelona-León, con un horario tan espantoso (ida a las 11:45, vuelta a las 14:30), que no me permite ir a casa de mis padres un fin de semana, sin tomarme el viernes de vacaciones, y me obliga a desaprovechar el domingo entero. Son tantos los inconvenientes que me veo obligada a volar a Valladolid o Asturias dejando de ser usuaria de nuestro flamante y ultra-equipado aeropuerto. ¿Nadie se da cuenta de que esto es una maniobra artera para conseguir que el aeropuerto muera por sí solo por falta de pasajeros? ¿Quién va a volar con estos horarios demenciales? No es un horario adecuado para volar por negocios ni tampoco para quienes deseamos volver a casa en nuestros días de descanso... ¿Cuál es, entonces, la justificación económica? No la hay, porque la finalidad es dar al aeropuerto de León el golpe de gracia y desviar el tráfico a aeropuertos cercanos. Muchos leoneses sufriremos graves molestias para viajar a casa; algunos empresarios se verán perjudicados en su actividad económica, y León seguirá su incesante senda hacia el más absoluto ostracismo, cada vez mas aislado sin que nadie haga nada más que echarnos una mano al cuello para asegurarse de que no nos llega ni el aliento para quejarnos.