EL PODER DE UN EMPRESARIO

Ha pasado casi un año desde que fui despedida, en ese tiempo además de buscar trabajo, lo que es casi una utopía, he dado mil vueltas a por que fui despedida. Me acabo de enterar de otro despido en el que el trabajador esta dando guerra como puede, esto es, se ha plantado delante de la empresa con unos amigos y unas pancartas para denunciar su despido a los clientes de la empresa, y me pregunto… ¿debería haber echo algo mas? ¿Hice bien en callar, cuando mi despido fue por enamorarme de un compañero de trabajo? Ahora pienso que cedi demasiado pronto, me deje guiar por que a mi se me pago el despido (cierto es que lo tuve que luchar en un tribunal), pero viendo a este hombre agarrado a su pancarta, repartiendo panfletos con su verdad, me doy cuenta que el dinero al final no es tan importante, la gente debió saber entonces que un presunto “Gran Jefe”, al que se le llena la boca de lo bien que lo hace todo, ha despedido a una empleada, única y exclusivamente por que se enamoro de un trabajador de la empresa que no era el. Me arrepiento de no ser yo la que esta plantada delante de la empresa haciendo que el mundo entero sepa, que un empresario puede decidir la vida que llevan sus empleados. Que en pleno siglo XXI, una empleada no puede enamorarse sin que su jefe decida ponerla en la calle. Sé que hice bien mi trabajo, que luche por una empresa que no era la mía enfrentándome incluso a compañeros de trabajo en defensa de ese jefe que ahora se ufana de su poder sobre mi vida. Debí luchar entonces y quizás ahora, viendo a ese trabajador y su pancarta no sentiría tanta tristeza por mi poco valor de entonces.