Diario de León
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León

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Antes de nada, y como vecino de Tabuyo del Monte y afectado por el incendio de los pinares del Teleno que soy, quisiera agradecer a todas las personas que participaron en la extinción su trabajo y su esfuerzo, el cual ha sido, en líneas generales y salvo desafortunadas excepciones, muy bueno. También es de agradecer que no haya existido ninguna víctima mortal dada la virulencia que presentaba, más aún cuando se ve desde primera línea como lo vi durante la mayor parte de su existencia. Una vez hecha esta puntualización, me gustaría entrar a valorar la carta escrita por el señor Antonio Silván titulada “No todos los incendios son iguales” y que fue publicada en todos los medios de comunicación, así como algunas de las declaraciones que ha realizado a lo largo del verano. Y es que la carta me parece una manera bastante inteligente para engañar y eludir responsabilidades respecto a la mayoría de la opinión pública, pero creo que es una tomadura de pelo para los que conocemos y vivimos del sector forestal y de la extinción de incendios forestales. En primer lugar, no quiero descargar de responsabilidad a la persona que comenzó el incendio, la cual dudo bastante que padezca piromanía y que no sabría cómo calificar. Como he dicho, esa persona es responsable de la ignición del incendio y por ello debería pagar, pero no es responsable de la gestión de los medios para extinguirlo. Responsabilidad esta que corresponde a la consejería que el señor Silván preside. En segundo lugar, y gracias a la formación tanto académica como profesional que he recibido a lo largo de mi vida, se perfectamente lo que es un fuego convectivo y cómo actúa. Pero también se, por mi experiencia en este y en otros incendios que no se puede responsabilizar al tipo de incendio de todas las consecuencias ocasionadas por el mismo. Y en este sentido, le voy a decir que no hubo un incendio convectivo como indica en la carta el señor consejero, sino que hubo dos. El primero lo prendió el supuesto “pirómano” el domingo a mediodía y dejó de tener tal carácter la madrugada del domingo para el lunes, cuando quedó prácticamente controlado. Por otro lado el segundo comenzó a mediodía del lunes a partir de diversas reproducciones que se produjeron a lo largo del perímetro y que por ausencia de medios no fueron atendidas con la suficiente rapidez para impedir que evolucionaran a un nuevo incendio convectivo. Para que el señor consejero y la opinión pública en general entiendan de lo que le estoy hablando, creo que es bueno que hagamos una comparación con el incendio de Tabuyo del Monte del año 1998, en cuya extinción también participé como voluntario. Pues bien, en aquel incendio, y para que se hagan una idea, a las doce horas de haber comenzado ya había 15 bulldozer trabajando tanto en labores de extinción como de repaso del perímetro. En cambio, en este último solamente había 4 bulldozer, de los cuales al menos 2 estaban tan ocupados limpiando cortafuegos para ejecutar los contrafuegos que permitieron parar la cabeza, que no podían estar repasando el perímetro. En el mismo sentido, mientras que en el año 1998 había 5 cuadrillas de tierra de la Junta de Castilla y León en las inmediaciones (Tabuyo del Monte, Castrocontrigo, Truchas, Astorga y Manzanal) que acudieron rápidamente, en la actualidad la Junta de Castilla y León cuenta solo con la de Castrocontrigo y la de Astorga o Manzanal a la que se suma la del Campo de Tiro del Teleno que es sufragada por el ministerio de defensa. Para finalizar con la comparación, he de decir que mientras en el 1998 los voluntarios de Tabuyo del Monte estuvimos apagando siempre en contacto con camiones, cuadrillas de tierra o con las BRIF y con la presencia de un agente medioambiental, en el último incendio estuvimos apagando el domingo desde las 18:00 hasta más allá de medianoche sin ver un solo medio oficial o un agente medioambiental. A partir de dicha hora y durante toda la noche colaboramos con los agentes, técnicos, 2 bulldozer y el camión de la Junta que está en Tabuyo hasta dejarlo controlado a primera hora de la mañana. Pero el problema es que nos fuimos a dormir y no había relevo. Al día siguiente, el lunes ya empezaron a venir medios de todas las clases y de todas las partes, pero ya era demasiado tarde porque teníamos un nuevo incendio convectivo que era preciso detener. No quiero extenderme más en lo relativo a este incendio ya que solo es una muestra de los resultados de la política forestal y de extinción de incendios de la Junta de Castilla y León que según palabras del señor Consejero había conseguido para el presente verano “el mejor dispositivo de extinción de incendios de la historia”. Y es que tal y como comenta el señor Silván en su carta “No todos los incendios son iguales” la base del operativo debería radicar “en gentes ligadas a los montes”, pero para ello debería de cambiar radicalmente su política. Dicha política está basada en los últimos años en el recorte presupuestario lo que favorece más bien poco la profesionalización del personal dedicado a la extinción, ya que prácticamente nadie tiene trabajo garantizado durante todo el año en el sector forestal. No se invierte prácticamente nada en labores selvícolas, como el consejero quiere hacer creer a través de su carta, y la prevención es una entelequia hasta tal punto que ha llegado a ocurrir que no se ha permitido a los medios estatales (BRIF) realizar labores de prevención de forma completamente gratuita para las arcas autonómicas. Los agentes medioambientales no cobran las guardias de incendios durante la campaña de invierno y tienen tan limitados sus desplazamientos que a veces no acuden a los incendios y las empresas se desmarcan del ya miserable convenio colectivo forestal autonómico porque se ven asfixiadas por las deudas que la administración tiene con ellas. Por todo ello veo muy complicado que pueda existir mucha gente que se pueda sentir muy ligada a los montes a pesar de la firme vocación que algunos tenemos.

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