Diario de León
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León

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O ganar o nada. Me llamo David Carro. Represento y encabezo un movimiento ciudadano, la Iniciativa YP. alternativa a la política actual. Solo soy un licenciado, autónomo, recientemente emancipado, hijo de jubilado, hermano de interino, amigo y familia de desahuciados, de parados, mineros y estudiantes. A esta Iniciativa la mueve el sentido el común y el miedo. El sentido común me dice que existen fuentes de ahorro en este país suficientes y accesibles como para no ahogar a las familias, privatizar la sanidad o destruir la educación. El sentido común me dice que no debemos pagar subvenciones a partidos políticos, sindicatos ni organizaciones privadas en las que no militamos, y que de ahí podemos ahorrar más de 35 millones de euros al año. Me dice que cerca de 200.000 políticos ocupan puestos de dudosa necesidad, creados a dedo y mantenidos con más de 3.500 millones de euros anuales, que se pueden ahorrar. También dice que no es lo mismo quitar 500 euros en una nómina de 1000 que en una de 6000. En el primer caso te abocan a la pobreza, en el segundo suponen dos días de dietas. Y con una medida así, ahorraríamos más de 2.000 millones al año en salarios políticos. El sentido común puede decirnos muchas más cosas, como que Bankia es una empresa privada que puede afrontar sus pérdidas a través de sus inversores; que solo tendrían que pagar los platos rotos los que eligieron invertir en acciones buscando dividendos y no todos los ciudadanos, ahorrando 20.000 millones de nuestros recursos. Lo que me dice el miedo es algo diferente. Me dice que para poder recortar puestos políticos, suprimir privilegios, eliminar subvenciones y obligar a un banco a asumir sus responsabilidades debemos estar unidos, formar una alternativa política y ganar las elecciones. Ganar en su propio terreno. Y aún no lo estamos. Pidiendo no hemos conseguido nada. Manifestándonos tampoco. Y es poco posible que los mismos que han decidido que las cosas sean así cambien de opinión. Porque detrás de la privatización de la sanidad hay familiares de políticos; los consejos de administración de los bancos están copados por políticos y sindicatos. Las grandes fortunas del país y empresas multinacionales se han aprovechado de la subida de sus acciones. A ellos les tocaría pagar su parte de la crisis. Por desgracia y si no lo remediamos, son los que deciden y no están dispuestos a perder. Por eso tenemos que pagar nosotros. Por eso tenemos que ganar en las urnas el derecho a decidir. Por eso existe la Iniciativa YP. Ese nosotros, los que pagamos, está representado por un colectivo de más 5 millones de parados, dos millones largos de funcionarios, otros tantos autónomos, cientos de miles de estudiantes, jubilados y pensionistas. En ese nosotros, los que ponemos el dinero, están sectores como la agricultura, la minería, la construcción o el turismo. ¿Cómo podemos seguir confiando en una clase política que vive amparada por privilegios vergonzantes? ¿Cómo confiar nuestro futuro a quienes exprimen nuestros recursos sin plantearse siquiera tocar los suyos? Ellos no están a nuestro servicio; no cabe duda. El problema es que lo toleramos. ¿Debemos de pagar? Paguemos. ¿Debemos de asumir una subida de impuestos? La asumiremos. Pero este país lo que no está dispuesto a asumir es esta desigualdad de responsabilidades. Yo no estoy dispuesto a asumirla y pienso dar la cara por quienes tampoco lo estén. El riesgo de intentarlo y fracasar no es comparable con lo que nos espera si no lo intentamos. O ganar o nada.

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