Colillas
No hace mucho leí, en el Diario de León, que el ayuntamiento de Ponferrada planteará a la concesionaria de limpieza eliminar la recogida de basura diaria. Soy una ciudadana de a pie, de las que no cogen el coche por la ciudad. Caminando por las aceras veo que cada vez están más sucias. ¿Y saben qué clase de suciedad predomina?: las colillas. No hay establecimiento, público o privado, que delante de sus puertas se libre de ellas; y no digamos ya delante de bares, cafeterías o espacios de ocio: si se fijan más verán que en cualquier rendija se van acumulando, día tras día. No soy partidaria de prohibiciones, allá cada cual con su cuerpo. Pero quiero ir más lejos con mi protesta. Ahora que pagamos por reciclarlo todo, yo me pregunto: ¿dónde nos creemos que van a parar las miles de colillas diarias del suelo? Pues yo se lo digo: a nuestros ríos, a través de los sumideros que ya no pueden tragar ni una más. ¿Tomaremos agua con sabor a nicotina en un futuro próximo? Señor alcalde. Dese un paseo por la ciudad, mirando al suelo. Le animo a realizar una campaña de concienciación, como la que se hizo de recogida de excrementos perrunos. Y a los fumadores ¿tiran ustedes las colillas en el suelo de sus casas?