¡A LA ARENA!

La estampida que ha llevado a la tumba a: Cristina, Katia, Belén y Rocío que en paz descansen y mantiene en estado crítico a Mª Teresa es desgraciadamente una más y mucho me temo, que no será la última. Me lo temo porque las autoridades, en vez de analizar las causas y motivos que congregan multitudes en ratoneras, se han dedicado a construir las ratoneras con dinero público, las autoridades que ahora tratan de eludir sus responsabilidades culpando de la muerte de estas pobres chicas al: “exceso de aforo”, a “la bengala”, a “los que se colaron”, a “que había menores”, a “que se falsificaron entradas”, a “que el empresario tenía cusas pendientes”. Solo les falta culpar al culpable por antonomasia, solo les falta culpar al “cha, cha, cha”. Lo que deberían de analizar las autoridades y toda la legión de sociólogos, psicólogos y expertos de los que se rodean es el motivo por el cual, el mucho ruido y las pocas nueces son capaces de conseguir que miles de personas paguen para que las pisen, las empujen, no puedan ni ir al servicio y un largo etc. de inconvenientes, lo verdaderamente interesante es descifrar el enigma. Averiguar porque se paga para recibir los servicios enumerados anteriormente. A mi se me ocurre que las autoridades no saben muy bien lo que hacen. Tan pronto se preocupan de tu seguridad y te multan por no llevar el cinturón en el coche, o el casco en la moto o te obligan a pasar reconocimiento médico para hacer pesca submarina, tan pronto te protegen como te echan al Madrid Arena o al León Arena, o al Bembibre Arena… y que te coman lo leones. Y se preguntarán ustedes: ¿Es que las 17 arpías son incoherentes y por eso, ora nos protegen, ora nos echan a los leones? No queridos lectores no hay tal incoherencia, el nudo gordiano está en la voracidad recaudatoria de las 17, todas quieren recaudar, no importa el motivo, el caso es recaudar, da lo mismo que sea por no llevar el cinturón que por alquilar la arena para que los leones se den un festín, el caso es recaudar. Hace años que empezó a sonar la alarma social, hace tiempo que los índices de paro entre la juventud no les dejan más válvula de escape que el mucho ruido y las pocas nueces, ambas son cosas baratas, de poco precio… de ningún valor, pero las autoridades y los políticos que hacen la Ley, se conforman con recaudar para repartir entre: Bankia, Gurtel, Matas y una larga nómina de beneficiarios, la sociedad, la juventud importa mucho menos. ¡Que poca vergüenza!