El Ritmo de León.

El día 16 de Diciembre tuve la suerte de poder asistir al Campeonato de España de Gimnasia Rítmica celebrado en Castellón. Entre los equipos participantes encontré al Club Ritmo de León, al que quisiera felicitar una vez más por su saber estar, dentro y fuera del tapiz. Tras lo sentido en dicha competición, podría decir muchas cosas, pero prefiero hablar siempre de lo bonito, ya que dedicar líneas al menosprecio y los insultos que se leen en ciertas redes sociales –en este caso hacia el Ritmo- no merece mi esfuerzo. A palabras necias, oídos sordos. Como decía, quería felicitar al Ritmo, y a todas las gimnastas participantes en dicho evento que se dejan la piel por este deporte. Porque las gimnastas nos ofrecen la posibilidad de emocionarnos, de vibrar con ellas, de tensarnos en cada lanzamiento y de querer aplaudir a rabiar en cada recogida, o en cada giro. Y eso hay que reconocerlo. Alguien me dijo una vez que una de las cosas más maravillosas de la vida es la posibilidad de compartir sentimientos; y eso lo hicieron de manera excepcional las chicas Ritmo, porque regalan arte, sin siquiera saberlo, siendo capaces de llegar siempre más allá, con su espíritu de equipo, cuidándose las unas a las otras. Y esto lo escribo y lo suscribo desde Valencia, porque tanto el arte como los sentimientos tienen la capacidad de provocar afectos, más allá del territorio al que se pertenezca. Así que, una vez más: enhorabuena, chicas.