Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

En la memoria colectiva entre clases medio-bajas aún persiste el recuerdo sobre la asistencia social como resorte y salida a problemas comunitarios, vecinales y personales pero con matices de beneficencia e incluso de caridad. Hoy en día, la tradicional ayuda social convertida en toda una ciencia rescata del recuerdo de antaño su historia pero reclama su lugar primordial no sólo junto con el resto de las ciencias sociales sino también en áreas como la salud, la justicia, el bienestar social, en colectivos en riesgo de exclusión social e incluso en órganos de tomas de decisión porque abarca también a todos los estratos sociales. Es hora por lo tanto de que al igual que es común en la vida de cualquier ciudadano de a pie consultar con un abogado, un psicólogo, un médico también pierda su pudor en ir a un profesional del trabajo social. Pero, ¿para qué?; porque sencillamente, todos somos seres sociales, todos necesitamos de alguien y se puede asegurar que bien en nuestras parejas, familias, vecinos, comunidades y demás entornos donde nos relacionemos hay carencias de un tipo u otro que merecen un rigor más allá de las buenas intenciones, un saber-hacer técnico que hoy en día existen hasta cátedras con líneas de investigación en pro del bienestar social, entre tantas otras donde decenas de miles de profesionales en éste país trabajan como si lo hicieran desde un segundo plano, de manera gris (…). Es hora, de que todas y todos reclamemos profesionalidad para nuestro yo social a quienes se dedican a ello al mismo tiempo que dar la primera línea a una profesión con mucha historia tras de sí considerada de antaño únicamente para colectivos en riesgo de exclusión o excluidos.