Diario de León

Jornadas de reencuentro con la Edad Media en Grajal de Campos

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Grajal es un pueblo muy sufrido. Estamos habituados a que la Junta, ese gatuperio autonómico castellano nos tome por el pito de un sereno y nos menosprecie en todo; desde el infame servicio de urgencias de la Sacyl esa, hasta el menosprecio al patrimonio. Si hasta han arado los descampados próximos al Hospital de León para que no podamos aparcar cuando vamos a consulta. Incluso fuera de lo secular, estamos también habituados a que el obispo, ocupado en el recuento de los rendimientos de diezmos y gabelas, desatienda nuestras necesidades espirituales. Y todo ello lo sobrellevamos con una paciencia y resignación cristianas propias del Santo Job. Pero el fin de semana pasado se traspasaron los límites de lo tolerable. Esta vez no fue la Junta, ni el obispo, esta vez ha sido la Telefónica. Tu quoque. La empresa de don César Alierta ha tenido los santos bemoles de dejar al pueblo incomunicado sin teléfono fijo, ni teléfono móvil. A pesar de que, en palabras de un técnico de Telefónica : “consta una avería masiva desde las 11:00 del sábado día 25”, en este momento, las 11:00 del lunes 27 de mayo, Grajal sigue sin teléfono. Me permito recordar a Don César Alierta, que si bien la telefonía móvil es un negocio, y allá ellos con sus clientes (Vodafone, por ejemplo, sí funciona), la telefonía fija es un servicio básico universal. Interrumpir las comunicaciones con tal dejadez es incumplir la obligación de prestación del servicio público universal por el que Telefónica recibe pingües emolumentos del erario público. Dejar a una población sin servicio telefónico, por la galbana de los técnicos de mantenimiento, es impresentable. Han podido poner en riesgo la capacidad de respuesta ante una urgencia en una localidad con una población mayor y con necesidades médicas. Ni durante la Guerra Civil se interrumpieron las comunicaciones. Ha tenido que venir Telefónica a retrotraernos a la Edad Media. La propia Guardia Civil tuvo que intervenir. Recibió un aviso de que dos personas ancianas que viven solas no podían ser localizadas por sus familiares y hubieron de presentarse en el domicilio a comprobar que se encontraban bien. Pero ni aun así se han puesto los mínimos medios para solventar la avería. ¿En qué país vivimos? ¿Ser leonés y vivir en un área rural es ser un ciudadano de segunda? Pago mis impuestos, y muchos, por cierto, y no me merezco este trato desconsiderado de tanto vago y tanto corrupto (de espíritu).

tracking