Un honor, Norberto
El próximo día 15 hará un año que el gran Norberto publicó una foto de la manifestación de unos pocos ilusos que creían que podrían “salvar” a Baloncesto León. Desde fuera y desde la distancia de aquellos momentos tan poco fructíferos, se me viene a la mente una imagen que cada dos sábados (o domingos), se repetía en el Palacio de los Deportes. Al inicio de los partidos, al bajar hacia la pista a “algo”, hacía una parada a charlar un poquitín con un tipo estupendo que estaba sentado en la escalera central de la preferencia en la fila 8, con una cámara tamaño XXXL que era una prolongación de su brazo. Y no es que fuéramos amigos “de toda la vida” no, es que era un momento que marcaba los partidos, como el café de Javi en la taquilla con Chus y Mayte, preguntar a Joaquín algo, decir a Contre que bajara el volumen, el reparto de planillas, el saludo a los chicos de la prensa del fondo norte y los fotógrafos a pie de pista, el saludo a la marea roja del fondo sur, la parrafada con Caño, las bromas con mis “niños” de la mopa, los cinco minutos de sentada en la silla 75 de la fila 8, y el intento de pisar la publi que Pacho y los voluntarios estaban colocando. Demasiados años haciendo lo mismo, hace costumbre de los detalles. Por lo tanto, quiero hacer una especie de homenaje a ambos, reportero y reportaje, que han sido un referente en la sociedad leonesa y han formado un buen trecho de mi travesía profesional, o lo que sea. Este reportero, también era el tipo que estaba haciendo un seguimiento de esas otras “tradiciones” leonesas que no están en los folletos de turismo, por eso recorría lugares remotos y recónditos para hacer fotos y reportajes de otras historias, en esos pueblos perdidos de la mano de... fomento. Ya estará también, cámara en ristre, en el “pabellón” de los buenos, con Lisardo, Emilio, Sobrín, Eugenio, Shelegel....y todos esos baloncesteros, jugadores, directivos, aficionados... que también han sido baja. Fue un honor. Buen camino, chaval.