Hasta Siempre Fermín Carnero
Existe un nexo común en los hombres que transitaron, lucharon, fueron vencidos, se levantaron y se incorporaron a la sociedad actual a través del proceso de transición democrático, (tan cruelmente vapuleado en estos tiempos), para rescatar olvidos interesados y silencios clamorosos. Hoy quiero resaltar la coherencia personal y la dilatada trayectoria en defensa de los valores de la justicia y la igualdad que, con su cotidiana actividad sindical, mantuvo año tras año Fermín Carnero. El compañero del alma, el compañero, que durante tantos años honró con su amistad a mi padre. Recuerdo muy bien, y las lágrimas vienen a mis ojos, su emotiva versión del poema que Gabriel Celaya escribió a Pablo Iglesias, que con la voz quebrada recitó en el Tanatorio de León, el día que despedíamos a mi padre para siempre, al compañero del alma, al compañero. Permíteme Fermín, que hoy sea yo quien versione ese poema en tu honor, y permíteme que me atreva a pedirte que le abraces muy fuerte cuando “por allí” os encontréis. “A mí que me den hombres. Los trepadores fuera. A mí que den hombres, como Fermín Carnero. La verdad por delante. La retórica fuera. A mí que me den hombres, como Fermín Carnero. Marxistas hasta el fondo. Y las astucias fuera. A mí que me den hombres como Fermín Carnero. Vamos a ser quien somos Los cambalaches, FUERA! A mí que me den hombre como Fermín Carnero”. D.E.P.