Pasear con la cabeza alta
El motivo de esta carta es para quejarme de los excrementos caninos en la vía pública. Es, sencillamente, repugnante ver en las aceras defecaciones de perro. Resulta tarea imposible pasear por las aceras sin dejar de apartar la vista del suelo. La verdad, servidor nunca ha visto multar a un dueño de un perro por no recoger los excrementos, pero en cambio, sí he visto como alguien pisaba desafortunadamente una excreción canina. La iniciativa de obligar a los dueños de canes a pasear con la bolsa de plástico para recoger las deposiciones no sirve de nada si al final no se utiliza. Ante el grave problema de suciedad y sanitario que conlleva esta conducta, hago un recordatorio a los amos de perros, por favor ayuden a mantener nuestras calles limpias y dejen pasear a la gente con la cabeza bien alta. Antoni Pomar Barceló