Los regalos no correspondidos
Nos reímos con/de Sheldon Cooper, de sus manías, de sus pensamientos y acciones, y tan solo es un personaje ideado así de una serie de televisión con jóvenes "frikis" con un gran talento e inteligencia en el mundo actual. Gente como Sheldon, claro que la hay, pero él no es más que un personaje de ficción, aún así... Durante la visita en estos días de Rajoy al despacho Oval, Mariano obsequió a Barack Obama con tres fascímiles de obras de hasta 500 años de antigüedad, a saber, una carta que Núñez de Balboa envió al Rey Fernando El Católico, una biografía del descubridor y un mapamundi de la época. Por su parte, el "todopoderoso" presidente de los "todopoderosos" Estados Unidos, correspondió con una pequeña y simple caja de chocolatinas M&M's de edición especial, con el logo de la Casa Blanca y su firma. La delegación española dijo sentirse “feliz”, pero yo, como español, me siento frustrado. Cierto es que son regalos de cortesía, pero ¿hasta dónde puede llegar la cuantía de dichos regalos? Deben corresponderse por imagen, pero ¿no hay gente que trate estos asuntos entre toda la parafernalia del viaje y acontecimiento principal? ¿Qué baremos tiene quien elige dichos regalos? Me hace pensar que en otras ocasiones podemos ser los españoles quienes quedemos a la altura de los Estados Unidos, amén de que nos alaben o no, de que regresemos a España eufóricos y pese a que esta visita haya sido tan aclamada y vitoreada en nuestro país y no haya tenido mayor trascendencia al otro lado del Atlántico. Y es que ¿cuánto se gasta España en dichos regalos, contando todos los viajes que hacen los representantes de nuestros Gobiernos si contamos con que cada uno de ellos lleva regalos? ¿Dónde están los que se reciben? ¿Hay algún listado, alguna exposición, algún bolso más hinchado, alguna casa más adornada? Espero que haya algún museo que acoja todo esto… Algún listado que lo controle… ¿Dónde? Sheldon no quiere regalos para no verse obligado a corresponder por eso mismo, porque no sabe hasta qué cuantía debe gastar para equiparar los regalos cuando él tenga que hacerlos. Y en todo caso, gracias o por culpa de esta sociedad consumista se plantearía una comparación que trata de evitar… pero no solo él… yo también, porque el Gobierno me representa a mí, a ti, y al otro de más allá… y si nos aprietan con impuestos y otras historias, apretemos nosotros y eliminemos regalos y formalismos de cortesía para recortar en gastos, porque ya son bastantes los que conllevan estas visitas y los placeres de quienes viajan (y no en low cost especialmente). Pero esa, ya es otra historia.