No somos pero sí trabajamos en la ULE

Es deprimente, triste; que nos digan a estas alturas que no somos de la Universidad, cuando la mayoría de nosotras llevamos décadas trabajando en esta casa. Pero es aún más desolador que lo diga el Rector. Si a lo que se refiere es a que no nos hace la nómina la ULE cierto es. Pero claro que el señor que dirige la institución, y que por tanto debe saber nuestras condiciones y formas de trabajo, el mismo que como catedrático se le supone culto y educado, con el mismo que llevamos conviviendo y limpiando sus Centros y su despacho todos los días; nos diga que no somos de la universidad pues en fin… lo dicho. ¿Y saben por qué dice que no somos de la Universidad? Porque a diferencia de los que sí lo son que reciben sus nóminas directamente de ella, nosotras que dedicamos tanto tiempo y esfuerzo como cualquiera, que trabajamos en los diferentes Centros de la misma, resulta que nuestros sueldos no vienen directamente de donde trabajamos sino que antes pasan por un contratista que puede cambiar y ha cambiado con el tiempo y que, como es lógico, se queda con una parte, además de pagar sus impuestos. Esta es la gran ventaja nuestra, además de que ahora se haga el don Tancredo con nosotras. Y como no somos de la Universidad, pues se lava las manos como Pilatos. Yo tiro la piedra bajando la contrata hasta cifras que implican recortes y despidos y escondo la mano; allá se las entiendan con el contratista. Hay que recortar, pues a recortar donde menos ganan y el trabajo lo tienen ya sobresaturado. Ni pensar en recortes de sueldo y personal en los que “sí son de la Universidad” ¡Ah si de eso habláramos! Pues nada tendremos que admitir, que no somos de plantilla, pero nadie podrá negar que somos trabajadoras de la ULE, y si es que nuestro trabajo merece alguna consideración, debería la Institución y su Rector tomarnos en serio e intentar arreglar el problema.