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Publicado por
León

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El pasado Festival de Eurovisión espero que nos haya servido para reconocer que no solo vivimos en una España “castiza” sino que la tan perfecta y modélica Europa continúa siendo tan arcaica como nosotros. La gran triunfadora de este festival ha sido Conchita Wurst, un personaje creado por Thomas Neuwirth, actuando caracterizado como una “drag queen” con barba. Quienes han dirigido la campaña de la candidatura austríaca la definían como “una declaración de la tolerancia y la aceptación ya que no se trataba de apariencias; es sobre els er humano”. En mi opinión, han sabido presentar un producto diferente, sorprendente y controvertido; basta con ver cómo las redes sociales se revolucionaron con su aparición. Precisamente mi crítica se dirige hacia el éxito de la campaña austríaca en la sociedad europea. En una Europa que se presenta al mundo como libre y tolerante, todavía en el año 2014 nos echamos las manos a la cabeza al ver la actuación de una “drag queen”. Thomas Neuwirth en su anterior etapa como cantante en una “boy band” y como participante de un “Talent Show” no había alcanzado el éxito ni el reconocimiento como el obtenido en Eurovisión. Desde mi punto de vista considero que ni la canción ni la actuación sobresalieron entre las de muchos otros candidatos, mientras que el caso de los representantes holandeses “The Common Linnetes” ofrecía un producto musical diferente, sorprendente y controvertido, pero en términos musicales, lo que no fue suficiente para vencer a la “imagen” de conchita. Con la representante austríaca se llevó a cabo una discriminación positiva que ha perjudicado aquellos valores que quienes le votaron pensaron estar beneficiando. La candidatura austríaca ha sabido ganarse el voto de la sociedad europea, tan solo espero no ser el único que se haya sorprendido de que lo lograsen basándose en la imagen de una “drag queen”. Creía que más allá de los Pirineos, desde donde nos dan lecciones económicas, éticas y educativas, su perfecta educación anglosajona les habría dotado con una capacidad crítica más objetiva.