Hacienda mata
HACIENDA ME MATA Después de haber presentado la declaración de la renta, al comprobar el estado de la declaración por internet, mi sorpresa fue leer que la devolución estaba retenida porque el titular “había fallecido”. Mi reacción fue imprimir la comunicación e ir inmediatamente a las oficinas de la Agencia Tributaria a pedir explicaciones. Se me comunica que consto como fallecido desde el 25 de febrero de 2014 y que al tramitar la devolución cruzan datos con otras administraciones y es el Registro Civil quien tiene el error. Me piden que me pase por el Registro para solucionarlo, pero que puedo tener el mismo problema en otras administraciones. Posteriormente, ya en mi casa, entro en la página de leónoticias.com en la sección de esquelas y aparece la esquela de un señor con el mismo nombre y apellidos que yo y fallecido el 25/02/2014. Con la esquela y la notificación de la Agencia Tributaria me paso por el Registro Civil donde me confirman que ese señor ha fallecido ese día y que yo sigo, como pueden comprobar, “vivito y coleando”, afortunadamente para mí. Me comentan que pasan información a otras administraciones de los fallecimientos y me dan un documento que certifica que el fallecido no soy yo (¡uf, qué alivio!). Con él vuelvo a la Agencia Tributaria donde, después de mucho tiempo de espera, me pasan al despacho de la jefa de la sección correspondiente, quien, tras comprobar fehacientemente con mi presencia y mi DNI que realmente estoy vivo y no soy un fantasma, me informa de lo que tengo que hacer para corregir el error y desbloquear la devolución. Tuve que presentar un escrito en el registro de la Agencia Tributaria acompañado de las consiguientes fotocopias del DNI, volver a explicar lo sucedido, presentar otro documento donde reflejaba el estado de tramitación de la devolución, etc. Me comunican que si en quince días no tengo ninguna notificación debo pasarme otra vez por la Agencia Tributaria. Y después de todo este lío, yo me pregunto: ¿Por qué tengo que demostrar que estoy vivo si el error fue de la administración? ¿No sería más lógico que la propia administración, una vez detectado el error, se ocupara de corregirlo haciendo las gestiones necesarias con quien correspondiera? El coste (tiempos, viajes, permisos, favores, etc...) para solucionar el problema, ¿quién me lo paga? Espero que la denuncia de este caso llegue a los responsables de la Agencia Tributaria y de la administración en general y sirva para que pongan más celo en sus actuaciones y si alguien, por dejadez o por ineptitud, comete un error lo solucionen y no lo tenga que hacer el contribuyente. Menos mal que por lo menos la sigo contando. Un saludo