Respeto a los conductores noveles

Hace poco más de dos años que aprobé el carné de conducir. Cuando hacia las prácticas con el profesor de la autoescuela ya eran mil problemas. Mirar las infinitas señales de tráfico, entenderlas, recordarlas, entender el juego de los pedales, pensar en el cambio de marcha, el volante, las rotondas, el intermitente, era imposible relajarse un segundo, mucha tensión. En mi vida había sudado tanto sentada. Ahora viéndolo desde fuera sigo sin entenderlo. El estudiante en prácticas ya tiene suficiente con acordarse de las marchas, del embrague, poner los intermitentes cada dos por tres y estar atento a las señales del profesor, como para que después venga el típico conductor que se piensa que va conduciendo solo y se salta las señales que quiere, sin mirar a nadie. Un respeto a los noveles, por favor.