El hombre del puño cerrado
Pablo Iglesias, el líder de “Podemos” y el enemigo irreconciliable de lo que él llama “Casta”, en las fotos cuando aparece con todos los suyos o celebrando algún acontecimiento aparece con el puño cerrado. Indiscutiblemente él es un líder y tiene tras de él un colectivo y puede aparecer como quiera. Pero haciendo referencia a España, a ganarse el voto de todos los españoles o de la mayoría; o queriendo hacer política para todos y para qué beneficie a todos, y para conseguir una España plural pero moderna, una España que agrade a la mayoría, diríamos que el puño cerrado sobra, esta de mas, pues así no se podría conseguir una España en la que el empresario que tiene que diseñar un modelo de empresa para miles de trabajadores la diseñe y la acabe montando, el que tiene que trabajar trabaje, el funcionario rinda, las ideas se muevan en una hábitat de libertad, en donde la gente toda descubre la maravilla de la paz, la maravilla del respeto y de la tolerancia y no del sometimiento. Ciertamente para una España plural, señor Pablo Iglesias el puño cerrado es un puño: con muros, con cicatrices, con ideas trasnochadas; ideas que han ido cayendo, una a una, en los múltiples y diversos países en los que ese puño cerrado era el emblema y el anagrama; y aún lo sigue siendo y aún siguen cayendo porque esas ideas no tienen consistencia en la vida real del ser humano. Señor Iglesias usted es joven y el puño cerrado representa a otra época, otra época que vivió aquello y que aquello no consiguió nada, nada más que miseria y pobreza y fracaso y tristeza; y esto no sólo en un país sólo y exclusivamente, sino en muchas partes del mundo que todavía sufren la debacle del puño cerrado. El puño cerrado señor Iglesias no lo ha aprendido usted en una universidad moderna, lo ha aprendido en lugares, entiendo yo, en donde: la paz, la prosperidad, la dignidad, la libertad, la honradez no ha existido, ni existirá; existe ese puño fuertemente cerrado donde sólo ha existido rencor durante muchos años. Las elites comunistas están repletas hoy de personas con buena voluntad quizás, pero políticamente “analfabetas”, de personas que significarían mucho para usted pero que no tienen la preparación adecuada, para este tiempo que vivimos, y si no la tienen, no la tienen, por muy cerca que estuvieron de usted. Y si no la tienen esas ideas no pueden servir para dirigir, ni para gestionar un país. Usted todo esto lo aprendió en los lugares en los que ya hoy no iría nadie, solo los que como usted han mamado en su infancia y en su juventud esas ideas ineficaces y sin sentido político, perdón por la crudeza. Estas ideas comunistas, en España pudo ser pero no fue; pero si fue en otros sitios: La Europa del Este, y tampoco convenció a nadie y además más que riqueza engendro pobreza, desilusión y apatía. El comunismo no pertenece al siglo XXI. Usted puede creer en lo que crea; pero para resolver en España los problemas de: la libertad, el progreso, la democracia, la limpieza política… aunque hace mucha falta, no va usted por el camino adecuado para hacerlo, usted nos lleva al precipicio. Yo conozco personalmente a Julio Anguita, he comido con él y con 13 compañeros, y escuche una Conferencia suya en el Instituto Reyes de España de Linares en la que lo invitamos. Hablo de Derechos Humanos, y creo sin temor a equivocarme que él no diría ya hoy lo que usted dice. He sido Profesor de Enseñanza Secundaria durante 35 años en la asignatura de Matemáticas y 30 años de organizador de Actividades Extraescolares desde el año 1976. Con lo cual he vivido ya desde las aulas, el claroscuro de la Transición, la difícil y a veces convulsiva elaboración de la Constitución y la luz brillante de una Democracia que algunos o muchos corruptos se han empeñado en destruir. Estamos en el mismo camino, el de construir España. Yo desde mi modesta situación y usted desde la suya mucho más responsable. Creo que la democracia tiene sus raíces ancladas en el pueblo sencillo y es por ello por lo que me atrevo a unirme a usted pero por otro camino. No por el camino de países como Venezuela o Bolivia; ellos en el camino de la democracia, la libertad y el progreso no nos pueden enseñar actualmente nada.