12 vidas diarias

Nunca pensé que algún día mi vida dependería de la política, no como una forma de ganarme la vida, como hace más de uno en este país, nada más lejos de la realidad, sino en el más estricto sentido de las palabras. He tenido la mala suerte de nacer con una deficiencia sanguínea, por llamarla de alguna manera, vamos que si me cortan sangro más de lo habitual, y esa deficiencia me lleva a que siempre que necesito una intervención que necesite cortar algo en mi organismo tiene que ir precedida por unas cuantas bolsitas de sangre , y a esa mala suerte tengo que sumarle otra peor, que en una de esas tomas vampíricas me llego un bichito incluido en el plasma que me ha hecho contraer una enfermedad crónica, Hepatitis C, de esto hace ya 35 años. Hace años probé un tratamiento que mas que curarme, y después de dejarme alguna secuela, estuvo a punto de acabar conmigo, lo que me llevó a abandonarlo, con los años y ya casi perdidas las esperanzas han ido apareciendo en el mercado farmacéutico varios medicamentos con una tasa de curación muy elevada y casi sin efectos secundarios, pero, qué raro un pero, para poder optar a ellos tienen que ocurrir dos cosas, primero, que tu enfermedad este casi en un estado final F3 o F4, la hepatitis C se mide por el porcentaje de fibrosis que tiene tu hígado desde F0 , F1, F2,F3 (pre cirrótico) y F4 (cirrótico) , vamos como si cualquiera de vosotros en una visita al médico de cabecera con 37,8 de fiebre y una gripe declarada , le oís decir : - " Si, tiene vds una gripe , vuelva por aquí en un par de semanas que una vez que tenga una neumonía empezaremos a tratarle". Y la segunda y más sangrante es que tu tratamiento una vez que el especialista se decide a prescribirte tu medicación, a la que te aferras como única tabla de salvación, porque tu salud está empezando a resentirse, tiene que pasar el filtro de un comité de "especialistas" de las CCAA muy politizados, que muchas veces filtra con criterios muy restrictivos y que resultan crueles y obsoletos. Y te quedas esperando por una medicación que no llega, a veces pasan seis meses desde su prescripción, y alguna de ellas cuando llega el daño ya es irreparable. POR ESO YO NO QUIERO QUE MI VIDA DEPENDA DE LA POLÍTICA, NI DE LOS POLÍTICOS, CON LA TASA DE CREDIBILIDAD QUE TIENEN, CASI MEJOR QUE NO. ME NIEGO.