Flores de Cascantes

La sonrisa puesta en escena al recibirte. Las flores del jardín de Cascantes llegadas de la escarcha como un verso que se abre, al fondo del mostrador. El hechizo de crema reposado en la taza de café. La justa neutralidad en el ambiente para que todos nos sintiéramos en paz y felices. ¡Cómo explicar la armonía de hombres y mujeres con ideas tan dispares apoyados en la barra-mostrador de reducidas dimensiones ¡ Que los políticos de izquierdas y derechas compartan la madera tomándose, según qué paladar, un vino una cerveza o un Whisky. La orquestación imperfecta, orquestada de forma perfecta. Resulta sorprendente cruzarte con un profesional de hostelería que le da más importancia a la vida que al cajón de las monedas. Así era Ángel-Angelín-bar Los Ángeles de López Castrillón, barrio Romántico de León. Mil veces se aconseja a los poetas no mojar la pluma en el tintero del corazón. No sé cómo se escribe con el corazón. Pero sé que aún tienes las manos calientes y lo leerás. Me arde la urgencia y la ausencia y seguro que estarás en esta hora de partida brindando por nosotros. Gracias por haber sido depositario de nuestras fatigas cuando, en algún momento, el frío nos acosaba. Hoy, en este barrio Romántico de León, nos sentimos pájaros sin nido. Piezas sueltas de un puzle difícil de armar. Nos han talado una parte del alma. Y, cómo no, recupero aquellas despedidas, símbolo de tu forma de hacer y agradecer: aunque fuese el tórrido día de Agosto en algún cuento de Willian F. Harvey , tus palabras eran siempre y para cada uno las mismas : “Feliz Navidad”y“Feliz Año Nuevo”. En el poso de la memoria vivirá permanente tu recuerdo. Hasta siempre, Ángel.