Ironía o hipocresía... tú decides
En relación con los finalistas de los premios de Innovación educativa lucha contra el bullying que se celebrará el 25 mayo en Madrid. Dice St Exupery en su libro del Principito que “lo esencial es invisible a los ojos” y algo de esto debe haber ocurrido al jurado de los premios Innovación Educativa: Lucha contra el bullying, cuando han publicado la lista de los finalistas y entre ellos aparece el colegio Virgen Blanca de León. Quizás ellos no tengan la culpa pues su labor se remite a evaluar proyectos teóricos basados en la redacción de numerosos protocolos y acciones meramente burocráticas, quizás porque la labor del alumnado de primero de bachillerato haya sido brillante y llena de buenas intenciones en el desempeño de su trabajo o quizás porque a todos ellos les has faltado digerir la parte emocional de las familias que hemos sufrido el bullying en la piel de nuestros hijos. Sea como sea y sin ningún tipo de acritud hacia nadie, a mi como madre de una hija que experimentó las discriminaciones, los insultos y la impasividad del mencionado centro ante un caso documentado en la delegación de Educación de León y con resolución administrativa del Procurador del Común se me ha roto el corazón ante semejante injusticia. Quiero apelar desde estas líneas a cuantos crean todavía en la justicia moral, no aquella que se imparte en tribunales sino en la que forma parte de cada uno de nosotros y nos hace distinguir lo que está bien de lo que no lo está tanto, y me ayuden a difundir este mensaje para que se reflexione sobre la conveniencia o no de este premio a este centro leonés. Al mismo tiempo, reitero la llamada de atención a la asociación que concede los premios para que revise con rigor y eficacia los antecedentes de cada centro pues en ellos se refleja la práctica que se describe en sus proyectos. Y quizás yo ahora me culpo por haber presentado el problema de bullying de mi hija al equipo directivo cuando la clave estaba en haberlo presentado a sus alumnos de bachillerato