Breve ensayo sobre la Comisión de la Verdad
Los movimientos sociales, generalmente partidistas, que, de forma subjetiva, populista, utilitaria y cainista, remueven la historia, desentierran a los que ellos llaman buenos y pisotean la tierra de aquellos que consideran malos. Esos partidos, cuya moral la escriben siguiendo sus principios y adaptan sus leyes a la compra de votantes encandilados... esos partidos se mantienen, como Drácula, con la sangre ajena, inventando historias mediatizadas y atemporales, algunas veces hasta falsas... Crear una “Comisión de la Verdad” que no encuadre la Verdad Humana e Histórica en el tiempo y en el espacio, será, más bien, una herramienta partidista, útil para la regeneración de los odios, venganzas y atropellos personales... De Verdad, poco, de Interesada, todo. Siendo, en principio, enemigo de las revisiones, cuando éstas no sirven para mejorar, podría admitir una Comisión de la Verdad, con nombre “Comisión para el estudio de las realidades históricas de España – períodos 1925 a 1936... Guerra Civil... 1940 a 1949... 1950 a 1959... 1960 a 1975... 1976 a 1978... 1979 a 2003... 2004 a 2011... 2012 a 2018... Moción de Censura, acusaciones, propuestas, acuerdos y desarrollo” Este Libro Blanco de nuestra historia moderna sería dirigido, solamente, por expertos historiadores que de forma objetiva leyeran y nos transmitieran la Verdad Histórica y las terribles Verdades Humanas. Apoyaría una Comisión apolítica, que rezará por todos los muertos, que fuera capaz de nombrar a todos los represaliados, sin colores ni banderas... Esa Comisión, escrita y plasmada en todas las aulas, sería el principio del fin de los aprovechados, desenterradores bien pagados con el dinero y esfuerzo de los demás. La calle, la que de verdad conoce las realidades pasadas y presentes, narra sin odios pero sí con pena, los fusilamientos sin motivo de personas religiosas, de personas independientes, de personas trabajadores del terruño... La calle cuenta, todos los días, las lágrimas de la izquierda y de la derecha... la calle no oculta los odios vengativos... por eso, aún hoy, habla en voz baja. Una Comisión de la Verdad que desea arrasar las realidades, que dicen suyas, no deja de ser una “Comisión de Guerra Fría” que hundirá España y su convivencia.