El comercio, el último mono
Soy arrendatario de un local comercial sito en la C/ San Agustín. Antes de Navidad colocaron una estructura metálica rodeando el perímetro del edificio donde está ubicado mi local y el de otros muchos comerciantes. Dicha estructura es una auténtica "jaula" que está dificultando extremadamente el acceso de los potenciales clientes a mi local y también a los locales vecinos. Esto ha hecho que las ventas, ya de por sí paupérrimas sin necesidad de elementos indeseados, hayan bajado de forma alarmante. ¿Hasta cuándo el pequeño comercio y los autónomos vamos a seguir siendo los últimos monos para las instituciones tanto a nivel estatal como local?, ¿quién me resarcirá a mí de la disminución de las ventas a causa de algo ajeno a mis intenciones?, ¿alguien pagará a mis proveedores o las cada vez más vergonzosas e inasumibles cuotas de la Seguridad Social para luego no percibir, si las percibimos, una jubilación digna? Pero ¿qué más da?, los políticos seguirán a pesar de todo, a ellos qué les importa que una ciudad quede convertida en una cementerio si el pequeño comercio desaparece, de alguna manera seguirán teniendo sus sueldazos sin merecerlo y su pensión bien nutrida a costa de los que hoy luchamos no por vivir, sino por sobrevivir. Qué asco da todo, mucho asco.