Cuando ni en casa te quieren
Hay cosas que te hieren. Te hieren incluso por omisión. Te hiere hasta el silencio. Te hiere la indiferencia… No digo nada cuando todo eso y mucho más tiene un sentido; el sentido del ocultismo sobre lo que no interesa no se sabe bien por qué. El sentido de menospreciar y humillar a quien reclama lo razonable, reconocimiento institucional y social, medios para realizar digna y seguramente su trabajo. No tiene sentido, pero es muy frecuente entre los políticos cuando llegan al poder obviar a éste colectivo llegando a todo lo dicho e incluso mucho más. Se trata de los funcionarios de Instituciones Penitenciarias, “carceleros" para el común de la sociedad. Que explique el sr. Marlaska, si ésto no es así, por qué el pasado día 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, el Ministerio del Interior lanza un tweet reconociendo y felicitando a las mujeres de la G. Civil y P. Nacional, que bien merecido lo tienen, y omite por completó a las funcionarias de Instituciones Penitenciarias las cuales también son mujeres trabajadoras y también pertenecen a la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Todas igual, todas hermanas de ministerio…pero para alguien con poder parece que no es así. Que explique el sr. Marlaska por qué se pone de manifiesto, se alaba y se presume del trabajo, del buen hacer y de los logros de la G. Civil y de la P. Nacional continuamente, mientras que la labor diaria de los funcionarios de prisiones permanece oculta o se calla deliberadamente sin saber por qué. Pues sepan que todos los días, en las prisiones de España, se salvan vidas, se apagan incendios, se incautan drogas, se resuelven altercados, se sufren agresiones, se consigue que funcionen las prisiones sin los medios adecuados… y todo esto no lo hace la G. Civil ni la P. Nacional. Es obra de los funcionarios de Instituciones PPenitenciarias.Ustedes no lo saben porque existe un interés oculto en que ustedes no se enteren. Pregúntense por qué… Y es que no nos quieren. En casa no nos quieren… ¡si es que hasta nos visten como mayordomos! No como a nuestros hermanos de Ministerio…siempre bien presentados. ¡Hasta la propina es mísera!, pero a nuestros hermanos de Ministerio se la han subido. Nosotros somos feos, malos o molestos; o no sabemos por qué, pero para nosotros no hay propina. En el ministerio no entienden por qué estamos últimamente enfadados. No quieren que les contemos las verdades de la carcel, pero no sabemos mentir…ellos sí. No nos quieren…no nos quieren o tenemos un mal “padre". Isidro