Será verdad?. Pedro Marín
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Pedro Marín Usón titula su carta ‘¿Será verdad?’: «El miércoles, el ministro de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivá, anunció que el Gobierno eliminará la cita previa obligatoria para trámites administrativos durante esta legislatura. Este titular, ¿a quién no le llama la atención? Porque, al parecer, el ejecutivo quiere modernizar la administración pública y hacerla más accesible y eficiente. El objetivo es que los ciudadanos puedan realizar sus trámites administrativos de forma más cómoda y sencilla, sin tener que depender de la disponibilidad de citas previas. Al parecer, el gobierno considera que la mayoría de los trámites administrativos ya se pueden realizar de forma telemática. Según esta información, los ciudadanos estamos preparados, con los medios y conocimientos necesarios, para relacionarnos con la administración. Según una encuesta realizada por el CIS en 2022, el 60% de las personas mayores de 70 años (casi 5 millones de personas) tienen dificultades para utilizar internet. Continuando con este anteproyecto, sus principios serán: accesibilidad, eficiencia, transparencia y participación de los ciudadanos en el diseño y evaluación de los diseños públicos. El Gobierno, debería de aclarar si va a proporcionar las herramientas y la formación necesarias a las personas que tienen obstáculos informáticos. Nadie duda de las buenas intenciones del ejecutivo en la mejora de los trámites con la administración, pero aún existen algunas dudas como ¿Se renovará el parque informático de la administración, así como la formación de los funcionarios para dar cumplimiento a este objetivo? ¿Cuáles van a ser los plazos de implementación? Esta información, de alguna manera, está relacionada con la intención del presidente del ejecutivo, en reforzar las materias de matemáticas y de lenguaje a golpe de dinero, tras los resultados de Pisa. Se vende la ‘piel del oso’, antes de cazarlo. Solo el tiempo nos dirá, si ambas pretensiones se han cumplido. El cortoplacismo ha llegado para quedarse en la comunicación del ejecutivo, en un mundo de constantes y vertiginosos cambios».