cartas al director

Peligro… para la buena ciudadanía

D espués de haber cumplimentado el pago de la sanción por «transitar sobre bicicleta por aceras y otras zonas peatonales no autorizadas sin provocar peligro para el resto de usuarios de la vía» como reza el boletín de denuncia emitido por un agente de la Policía Local de León sólo resta expresar la desolación ante la manera de actuar de ese agente como integrantes de un cuerpo de seguridad que en ocasiones demuestra no estar a la altura del humilde contribuyente y ciudadano ni de la ciudad que se ha comprometido a servir.

En una tarde de nubes y claros de un siete de mayo, en medio de la explanada de San Marcos, yacen las dos bicis de las que han sido obligados a bajar padre e hijo que acuden a una cita deportiva dispuestos a encaminar su ruta hacia el carril bici del río Bernesga.

Un «alto ahí, caballero» obliga a interrumpir la marcha para proceder a los trámites de identificación y denuncia que derivan en una sanción que según advierte el agente denunciante podrían haber sido dos porque el niño también «transitaba sobre bicicleta por aceras y otras zonas peatonales no autorizadas», eso sí como el padre, provistos de los correspondientes cascos y de los elementos de seguridad para circular en bicicleta.

Desolados, tras recibir el correspondiente boletín de denuncia, padre e hijo retoman su camino bici en mano hasta incorporarse al carril bici del Bernesga para seguir «sin provocar peligro para el resto de usuarios», como siempre procuran hacer, y preguntándose si no hay ciertos agentes que más que buenos servidores lo que optan es a «provocar peligro… para la buena ciudadanía».