cartas al director
35 años en León
y cayendo en picado
E n 1989, por motivos laborales, me trasladé a vivir a León siendo mi residencia, desde entonces, en la Calle Misericordia. pleno Casco Antiguo. Mi adaptación fue perfecta porque, al proceder de pueblos, no encontré nada raro, ya que, tanto en mi calle como en las aledañas, existían las típicas tiendas de variedades donde se vendía casi de todo y de las que apenas queda ya nada.
Barrio tranquilo. Hasta que comenzaron a llegar las pandillas de drogadictos que lavaban sus jeringuillas en el caño de la plaza de Riaño. Quejas al Ayuntamiento por la suciedad y el peligro que suponían y el entonces alcalde (de 1979 a 1995) D. Juan Morano tomó la decisión inapelable de desalojarlos de esta zona y con la ayuda de muchos controles diarios y enfrentamientos policiales lo logró en muy poco tiempo. Desde aquella etapa parece que todo se ha desbocado hasta la situación en que vivimos actualmente. Ahora no hay vigilancia ni control durante las noches para las hordas de energúmenos que sólo se dedican a berrear, ensuciar fachadas, orinar y no dejar descansar a los vecinos. Hartos de quejas nos contestan que no existen suficientes números policiales para atenderlas. Eso ocurre por la noche pero durante toda la tarde sí hay estacionado en la esquina de la Diputación/calle Ancha un coche en el que no hay ningún policía para quejas o consultas en las cercanías. Suponemos que estarán de vigilancia a pie. Las calles y plazas son intransitables como la de Carnicerías que tiene unos dos metros de ancho y colocan, además de mesas, un bocoy o un panel a lo ancho sin dejar pasar a los viandantes. Imaginaos con una silla de ruedas. La plaza Mayor está ocupada por terrazas que según la última ordenanza son ilegales. En la plaza de las Palomas no hablemos de las dos que hay instaladas y que llevan tres años en litigios con todo un Ayuntamiento para que las retiren. Se niegan hasta que tome la decisión la Junta de Castilla y León. ¿Hay que esperar tanto? Y ahora algo más humillante. Hace unos días me contaba un vecino de mi calle que al pasar por la plaza de San Martín les estaba explicando un guía turístico, (que no sé dónde les han dado ese título), que a esta plaza se le conoce por plaza de la Bicha. Hay que ser estúpidos para tener que aguantar todo esto de alguien inculto cuando ésta se llama plaza de San Martín, antes plaza de las Tiendas o si se quiere plaza de la Casa de las Carnicerías. (La antigua Carnicería Mayor Concejil ocupaba la actual plaza de San Martín dividiéndola en dos plazas llamadas de las Tiendas y de las Carnicerías, como se ve en fotos no demasiado antiguas. Esta casa se terminó en 1581 según la placa con escudo colocada en la fachada del edificio). También hacen cábalas los guías sobre el edificio de León donde se colocó el primer bidé, el primer lavabo y servicio o el primer ascensor, como si esos fueran datos históricos relevantes de la ciudad. ¡Ah! Absolutamente todos, les cuentan a los turistas que León presume de ser la ciudad que más bares tiene per cápita en España. Oído personalmente. Vaya valentonada y vaya valores que posee esta ciudad. Compromiso: Un buen gobernante debe estar comprometido con el bienestar de su comunidad y trabajar para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Esto implica estar dispuesto a tomar decisiones difíciles y a asumir la responsabilidad de sus acciones. Aplíquenselo el Sr. Alcalde y sus concejales.