SE JUBILA ALBERTO, EL DEL GARAJE DE BICICLETAS

Uno de mis recuerdos más antigüos es el de ver a mi padre trabajando. Puede que no fuese ingeniero, ni medico, pero para mi, era el trabajo más bonito del mundo... mi padre arreglaba bicicletas. Su garaje siempre estaba lleno de niños y de alegria, y despues de de 45 años reparando las bicicletas de los leoneses, cierra sus puertas el Garaje Alberto, en el Crucero. Son años arreglando bicis, incluso de varias generaciones, y aunque sea un retiro muy merecido, le vamos a hechar de menos. Quiero decirle a mi padre que estamos muy orgullosos de él, de como ha vivido siempre, disfrutando de su trabajo, y nos da mucha pena que cierre por última vez la puerta azul de su garaje. Siempre le recordaremos con su mono, sentado escribiendo en su mesa, con la estufa a su espalda. Disfruta de tu jubilación, papá... te lo mereces.