De cómo la local llena el arca municipal
¿Nadie se ha percatado de esa especie de huelga de celo a la japonesa en la que tácitamente se ha declarado la última remesa de policías locales? ¿A nadie le parece extraño? Y digo esto porque es más difícil ver a un policía local dirigiendo el tráfico o atendiendo de manera amable las necesidades de los ciudadanos –que no se nos olvide, es su obligación- que poniendo multas a diestro y siniestro es que más que policías, parecen jóvenes que se ganan cuatro duros colocando propaganda en los limpiaparabrisas de los coches. ¡Ojo! No digo que me parezca mal, me parece sospechoso. Pues nuestro ayuntamiento, mal que nos pese, no es que mejor hace las cosas, es mas, no está ni entre los cien primeros. Y nuestra ciudad tampoco es la que más plazas de aparcamiento gratuitas tiene menos aun en el centro y aun menos tras la ampliación de la zona azul, pero eso ya es otra historia… El caso es que no se si se afanan tanto en su labor sancionadora para volver a llenar las maltrechas arcas municipales, tan maltratadas y expoliadas por unos y otros, como si de recaudadores de un señor feudal se tratasen, o para fomentar el uso del transporte público y la bicicleta en la ciudad. Para cualquiera de las dos posibilidades, creo que hay mejores métodos.