Diario de León
Publicado por
Eduardo Máxmo Morato Lopez
León

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Hace escasas fechas, no importa el cuándo ni el cómo, falleciste, amigo y compañero, con mayúsculas y sin hipérboles, con la toga abogado como quien dice, puesta, hasta el último momento. Me llamaron para sustituirte en esas guardias de asistencia al detenido, a las que por vocación, concurrías, con la noble finalidad de poner en práctica tus conocimientos y sobrado oficio, sin suponer por mi parte, el acontecimiento que sucedería a posteriori. Confieso que tu fallecimiento me soprendió, pues conociéndote, José Manuel, y con la casta y raza que tú tenías, pues francamente, no podía imaginarme ese quiebro que nos ibas a hacer a tus amigos y compañeros de profesión. Especulando, supongo que muerte te sorprendió como a todos, agarrado a la vida aunque consciente de que tenía pocas posibilidades, y que si no hubiera sido en su momento hubiera sido en otro. Dios te eligió a tí, te llamó y te relevó de tus obligaciones mundanas. Conociéndote, me contestarías eso de no es mal negocio. A mí, amigo, me dejaste un recuerdo imborrable. Tu fina ironía, tu sonrisa y risa socarrona y tu conocimiento de la abogacía me han marcado positivamente, como quizás a tantos otros compañeros. No te guardabas nada, y lo que sabías lo trasmitías a los pasantes, seguro de que además de transmitir hay que conocer el oficio y que eso lo dan los años. Te has bajado del tren joven, 48 años, pero con muchas tablas a tus espaldas por mor de los largos años de ejercicio, aunque supongo que lo mundano se te quedaba chico. Te imagino ahora, desde ese cielo tan prometedor, defendiendo los intereses de esos futuros llamados, postulando para ellos el cielo. Y quien te conoció, como yo, a buen seguro que lo conseguirás. Quien sabe si no necesitaremos de tu intercesión cuando nos toquen a retiradada... Sé que hay una cosa que no pudiste hacer y fue el asumir esos nuevos retos en otra plaza y dedicar más tiempo a tu pareja y a tu aficción por la pintura. No pintabas mal, no señor. Y yo que te iba a hacer un encargo, sabedor de tu conocimiento de pintura... En fin, amigo, que no olvidaré ni yo, ni los que tuvimos la suerte de conocerte, los conocimientos que nos trasmitiste. Un fuerte abrazo, Barri. Nota: José Manuel Barriada González, Abogado, falleció en León hace unas escasas fechas. Descanse en paz.

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