La solución a la crisis

¿Cómo no nos hemos dado cuenta antes? ¡Qué ciegos hemos estado! La solución a la crisis la teníamos al alcance de la mano y no supimos aferrarnos a ella. Pero tranquilos, que no cunda el pánico, porque aún estamos a tiempo de salir de ésta, y les diré cómo. Prueben a comer las patatas del Presidente de Inteligencia de nuestro país y, si quieren adelgazar, les aconsejo la ingesta de unos cuantos brotes verdes. Pídanle prestados los modelitos a la Señora de la Vega las féminas y al señor Camps los varones, no paguen el llenado del depósito de su coche, cojan mejor un avión del ejército español. ¿Tienen problemas con su empresa? ¡No se preocupen! Confíen en que el señor Chaves se saque un as de la manga y, si se encuentran en paro, ocupen su tiempo en pescar a cargo del erario público en aguas repletas de peces espada o, si lo prefieren, cacen sin licencia en lugares prohibidos con el Señor Bermejo. Si no tienen dónde dejar a los niños mientras ustedes ¡suertudos! trabajan, seguro que la Ministra Aído encontrará la solución, ya que de éstos sí puede ocuparse, puesto que son seres humanos. No gasten el dinero en medidas de seguridad para su domicilio, llamen a la Ministra Malena "antes partía que doblá" Álvarez para que los defienda con fiereza, ya que en eso de dar patadas está curtida al diccionario, se entiende. Tampoco han de preocuparse si tienen disputas familiares, porque el Gobierno se encargará de proveerles de talante y demagogia y si, por casualidad no se solucionasen, allí estará el Señor Garzón para ocuparse del asunto con presteza. Y si aún así no se convencen de que el porvenir tiene buena cara, pídanle a la Señora Leire Pajín que les lea los astros para confirmarlo.