CASTILLA, AUTONOMÍA GALÁCTICA
Cuarenta años después de la llegada del hombre a la Luna, Castilla, la entelequia autonómica que rige nuestros destinos entra en la era espacial. Ha dedicado 12 millones de euros de los impuestos de los castellanos allá ellos y de lo confiscado a los leoneses ya les vale para poner en órbita un satélite: El DEIMOS-1. En realidad el satélite no vale para gran cosa. Dicen que vigilará los campos de Castilla, pero por su poca resolución no podrá ver cosas menores que un autobús. O sea que para ver topillos no debe de valer. Es un satélite miope que retratará tan mal sus campos que al mismísimo Machado le abandonarían las musas. Además la mayor parte del presupuesto se va en pagar la minuta de una empresa inglesa que lo ha hecho todo llave en mano Surrey Satellite Technology Ltd.. Ni siquiera queda know-how en las tierras de Onésimo Redondo, a pesar de la pantomima de una empresa pucelana, Deimos Image, dirigida por el ex-astronauta Pedro Duque. ¿Cuál es entonces la gracia del tema? Muy fácil, el centro de control se ha instalado en Boecillo ¡vayan, vayan! y vean la hermosa antena que cual hongo en primavera ha brotado entre el césped del polígono, joya de la corona de ese consejero con nombre de santo y auténtico demonio para los intereses de León que es Tomás de Villanueva, paganini del invento con nuestro dinero claro. Así el "santo" citado o don Juan Vicente, caudillo de Castilla, disfrutarán del gustirrinín de escuchar en directo una nueva versión de la famosa frase del Apollo XIII, esta vez procedente del ONESIMOSAT-1 quiero decir del DEIMOS-1: "Boecillo, Boecillo, tenemos un problema"