Gotelé de brea

Desde siempre tengo la idea que las obras, a pesar de las molestias, conllevan mejoras, pero en el caso que me ocupa no se cumple del todo, o mejor dicho, ocurre todo lo contrario. Me refiero a la carretera que discurre entre Torneros y Herreros de Jamuz, pertenecientes al Ayuntamiento de Quintana y Congosto. El término carretera no es el más apropiado para este trayecto, pues si antes de las actuales obras transitar por la misma era regresar a nuestras carreteras comarcales de los años 60, el hacerlo actualmente, además de continuar totalmente irregular su firme, es garantía de embadurnar tu coche de brea hasta el techo. Y no exagero un ápice en esto, prueba de ello es mi caso, y alguno más, ya que al igual que el río Jamuz lleva apenas un hilo de agua, la carretera en cuestión era y es estos días todo lo contrario: un caudaloso cauce de brea pegajosa y gravilla saltando a sus anchas. Animaría a la señora Presidenta de la Diputación que se acercara en estos días por Quintana y Congosto, y el resto de los pueblos de su Ayuntamiento al igual que hizo hace unos meses, y me recomiende el lugar adecuado para quitar la brea que salpica mi coche, ya que imagino que el suyo, el oficial, acabaría igual o peor que el mío, y a nadie le agrada, supongo, exhibir su coche decorado con un gotelé de brea nada vistoso.