OFICIOS EN VÍAS DE EXTINCIÓN

Oficios en vías de extinción Vivió en los albores del asfalto y de los motores de explosión, cuando todavía, sin embargo, el principal paisaje rural de nuestra provincia eran caminos de tierra y piedras por los que circulaban calesas, carros y carretas arrastrados por animales de tiro. De éstos, de los carros, hizo su trabajo y en definitiva su vida, hasta el punto de estar unido su nombre a su alias profesional y a su lugar de residencia. Ricardo, "el carrero" de Otero Otero de Curueño nos dejó el pasado día 27 de julio. Con él se marchan muchos conocimientos sobre el trabajo en las fraguas y carpinterías de posguerra y mucho trabajo metódico, en definitiva saber del bueno sobre un oficio en vías de extinción. Porque además el "carrero de Otero" era de los buenos profesionales. Y no porque lo dijera él. Aparte del trabajo, al "carrero" le adornaba otra singular virtud que yo apreciaba singularmente: la de "cuentista". Con una memoria prodigiosa era capaz de pasarse horas y horas contándote historias sin desvanecer y sin que dejaras de prestarle atención. Tenía una capacidad innata para nar momentos didácticos con momentos anecdóticos. Siempre pensé que como docente en lo suyo no hubiera tenido precio. No se si de forma consciente, asociaba los hechos y sucesos que ocurrían en nuestro pueblo o alrededores, con momentos trascendentes de su vida el servicio militar, cuando se casó, cuando compró esta o aquella máquina… lo que te posibilitaba determinar siempre el momento aproximado del que estaba hablando. Era mejor que un diario. Y no paraba, y seguía, y otra cosa… ¡Mejor que las pilas Duracell! Incansable. Como persona, racional, inteligente, con visión de futuro, positivo y sobre todo muy buen paisano. Gracias por todos los buenos y didácticos ratos de conversación que me has hecho pasar, con todo el cariño y admiración que siempre te profesé. Fdo. F.J.M.G.León