Diario de León

Del dicho al hecho, el vacío de la realidad inversora

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Es suficiente con comprobar año tras año los proyectos de presupuestos de las distintas administraciones en el capítulo inversor para darse cuenta de que buena parte de lo anunciado se repite en sucesivos ejercicios. Luego se presupuesta y se ‘vende’ una y otra vez, pero no acaba de traducirse en una realidad productiva. Y esta, digamos, verdad a medias, se pregona una y otra vez sin sonrojo por parte de los equipos de gobierno, como si cada año se partiera de cero. No es así.

Los datos de la Cámara de Contratistas de Castilla y León ponen en evidencia una realidad que se repite, pero no se justifica. El año pasado sólo inició su camino real la mitad del presupuesto pregonado con inversión de futuro en la provincia. Pobre balance. Y digno de análisis, porque generalizar llevaría a una injusta conclusión. El Gobierno central tendrá que explicar por qué el año pasado sólo adjudicó el 15,2% de un presupuesto inversor que ya era menguante. Lejos quedan los tiempos de las vacas gordas del interminable (y aún no terminado) vertido inversor del AVE hacia Asturias. Son muchas más las necesidades de León, urgentes, inaplazables. Y cuantiosos los agravios con territorios limítrofes; mucho más con otros lejanos que gozan de mayor y más palpable generosidad inversora real.

Incumplidos quedan también con creces los deberes de la Diputación y los ayuntamientos de la provincia. Las principales administraciones engordan incomprensiblemente sus ahorros sin ser capaces de ejecutar las infraestructuras y mejoras que demandan con urgencia los leoneses. Una incapacidad en la gestión inadmisible. Ahí equipos de gobierno y oposiciones políticas permanecen varadas, unidas por un mutismo vago e inaceptable. No tiene explicación ni justificación que los ciudadanos agonicen en sus necesidades mientras las cartillas y rendimientos de las instituciones acumulan una cantidad inexplicable de millones de euros, que deberían estar invertidos.

En el caso de las cuentas públicas de inversión del año pasado sólo se salva la Junta. El esfuerzo en Villadangos dispara el balance, pero no es el único impulso. Ahí están la Universidad y los regadíos. Habrá que estar vigilantes también. No sea que pasados los efluvios del proyecto del momento se apague la euforia inversora. León no puede consentir más mentiras.

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