Reglas limpias en una Democracia
La Constitución de 1978, votada por una mayoría abrumadora de los ciudadanos, arranca así: «España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político». Es la clave de la convivencia, y fija la importancia de la ley como marco de equilibrio. Lo ocurrido ayer, al deformarse la legalidad para comprar un puñado de votos, supone un hecho gravísimo. En política no vale todo. A la hora de legislar hay que trabajar por el bien común. En Democracia no caben las leyes prêt-à-porter . En el fondo, eso es corromper el sistema, atentar contra sus raíces. La Ley de Amnistía ideada para beneficiar a los políticos catalanes que se saltaron la ley y provocaron una crisis en España sin precedentes genera un bochorno internacional y ocasiona un claro desprestigio al conjunto del país.