Turismo necesario, pero no a cualquier precio
Las ciudades de interior, como León, viven un momento dulce con un creciente turismo como nunca habían registrado. Es un motor económico que resulta fundamental para animar diversos sectores pero, de manera especial, la hostelería, con toda la repercusión que tiene en el empleo. Pero este crecimiento casi vertiginoso presenta también claros inconvenientes y múltiples conflictos. Y ahí es donde es importante la audacia y la capacidad de trabajo de los dirigentes municipales.
La digestión de este atracón de turismo es muy distinto entre unas y otras ciudades. En algunas hay iniciativas claras para intentar que las cosas sean razonables. En el caso de León existe un vacío de actividad que se está convirtiendo desde hace tiempo en un problema creciente. Uno de los puntos de fricción son los pisos turísticos. Son un negocio que genera dinero rápido y fácil, incluso en ocasiones sin cumplir las exigencias legales. Son entendibles las quejas y la reclamación clara de que no vale todo.