El retraso evidencia que sí hubo chapuza
Uno de los problemas que sufre en estos momentos el Ayuntamiento de León es su incapacidad para sacar adelante en tiempo y forma todas las tramitaciones que le corresponden. El conflicto tiene evidentes consecuencias que acaban pagando en mayor y menor medida tanto los ciudadanos como las empresas. Pero quizá se puede aventurar que todo es consecuencia de una gestión inadecuada. Incluso caben todas las sospechas sobre determinadas decisiones que han puesto en cuestión la política en materia de Personal. La ausencia de una reposición para las plazas tuvo un momento de especial complicación durante la pasada crisis económica y como consecuencia de los planes de ajuste que fueron necesarios en muchas administraciones por el exceso de deuda. Pero nada de esto justifica que un procedimiento para promover la entrada de administrativos acumule dos años dejando claro que hubo chapuza, como denuncian los opositores.